SEPTIEMBRE 2002


1. Falta el coro

         Los artistas que crearon el nuevo campo de La Victoria han sido homenajeados en alguna ocasión por los méritos que adquirieron en esta tarea. Su obra y su trabajo ofrecen suficientes razones para que estos elogios sean razonablemente justificados.
Presentación del equipo temporada 2002-2003
Foto: Diario Jaén
Sin embargo, al margen de las cualidades que motivaron estos reconocimientos, el nuevo La Victoria fue un factor decisivo la liga pasada para el descenso del Real Jaén. No ya sólo porque anuló los elementos instrumentales de que los jugadores gozaban en el viejo como los rincones del suelo, las referencias visuales, el comportamiento del viento sino, sobre todo, porque les obligó a construir un juego diferente al que habían venido practicando durante toda la vida.
Y es que el nuevo La Victoria ofrece una grave dificultad para el éxito deportivo desde la perspectiva del Real Jaén porque encierra un concepto de fútbol como espectáculo puro y no como expresión de un espíritu competitivo, precisamente para lo que fue diseñado, financiado y construido. Es como un campo neutral en el que no hay ninguna ventaja para los de casa. Desapareció el coro y este nuevo escenario fue clave para el descenso.
Como todo el mundo sabe, en la tragedia griega ocupaban la escena los protagonistas y el coro, que jaleaba, animaba, criticaba, hacía reflexionar y hasta enardecía a los protagonistas. Era la versión de lo que se ha venido llamando en otro contexto cultural lo del jugador número 12. No era posible el teatro sin el coro. Y con ocasión de la escenografía del nuevo La Victoria nos hemos quedado sin coro. Ya no hay número 12. En Jaén, gracias al bello campo del nuevo La Victoria, ya no es posible afición sino espectadores.

9 de Septiembre de 2002.                       Real Jaén, 2; Díter Zafra, 2
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2. Nuestra casa

Desde que el fútbol dejó de ser un deporte puro y se convirtió en espectáculo, la presencia de espectadores ha pasado de inútil o innecesaria a imprescindible. Hoy carece de lógica social que se juegue un partido sin que estén presentes personas ajenas a los protagonistas. Juego sin concurrencia es un contrasentido, una contradicción, hasta un problema conceptual. Algo precisamente de lo que está pasando en el nuevo La Victoria, al que apenas acude público y en el que hay demasiados rincones vacíos.
La explicación inmediata es desde luego el descenso de categoría y por tanto la disminución de la calidad futbolística. Ello sin duda es verdad pero en los comportamientos colectivos es prudente ampliar la reflexión, sobre todo cuando hay hechos que pueden desmentir una teoría. Y aquí estamos en esas.
Porque en el nuevo proyecto ha faltado desarrollar la legitimidad de un equipo que representa, incluso por su nombre, a una ciudad y responde a una historia anterior. En este tipo de actividades no tiene sentido iniciar un nuevo proyecto si éste corta radicalmente lo que pasó. Si únicamente queda como continuidad histórica el color de las camisetas. Y hasta pueda haber puede haber problemas para elegir como capitán del equipo a un jugador que represente las esencias. 
En este sentido empieza a abrirse un horizonte con algunas decisiones tomadas últimamente pero no se entiende cómo desde el principio nadie se dio cuenta de que, aunque aceptamos con gusto a los demás, queremos sentir que vamos a nuestra casa.

16 de Septiembre de 2002.               Jerez de los Caballeros, 1; Real Jaén, 0.


3. Echarles una mano

Por lo que se ve desde fuera, el Real Jaén no sólo está haciendo mal casi todo lo que se propone sino que a su vez está afectado por la Ley de Murphy, aquella ley que hace unos años se hizo tan popular y que dice en su planteamiento básico más conocido que si algo puede salir mal, saldrá mal o, lo que es lo mismo, que la tostada siempre se cae por el lado de la mantequilla.
Lo malo del contenido de esta ley es el efecto sicológico tan perjudicial que produce, sobre todo cuando uno se toma en serio las cosas. Y como empecemos así, podemos acabar bajo los efectos de otra ley como la anterior que en la jerga de los libros se llama de la autoprofecía cumplida y que viene a ser en lenguaje castizo, fuera de academias, lo que nos ocurre cuando ya sabíamos, antes de hacerlas, que las cosas nos iban a salir mal: que efectivamente nos salen mal. ¡Si ya lo decía yo!
En el terreno de juego se ve claramente que cada jornada que pasa los jugadores están más faltos de seguridad en sí mismos por la presión que todos ejercemos sobre ellos. Un simple detalle lo demuestra: no se anticipan a la jugada y ello es por temor a equivocarse. Y a lo mejor podría ser una buena estrategia de momento echarles una mano desdramatizando los resultados con el argumento de que aun falta mucha liga.
Y esto no sólo porque ya no se puede hacer otra cosa hasta diciembre sino también porque sin duda ellos no son responsables de los otros desaguisados. Y a ver si a lo mejor así tenemos todos mejores resultados.

23 de Septiembre de 2002                             Real Jaén, 1; Cádiz, 2.


4. Todo puede cambiar

         En la literatura es muy famosa la anécdota de aquel profesor que estaba tratando de demostrar en clase la imposibilidad de que pudiera construirse un artefacto nuclear cuando su explicación fue interrumpida por una explosión fuerte y contundente. Una bomba atómica que ha estallado, le dijeron. Lo que confirma una vez más, como tantas en la vida, que las teorías y las explicaciones, sobre todo si tratan sobre lo que va a pasar, pueden equivocarse de todas todas. Predecir es muy difícil y sobre todo el futuro, en frase que se atribuye al científico danés Niels Bohr, precisamente uno de los descubridores de este tipo de energía. A lo que habría que añadir que, cuando se trata del fútbol, la cosa es todavía mucho más complicada porque, como todos los deportes de competición en los que se juega un resultado, tiene la virtualidad de quebrar cualquier pronóstico, optimista o pesimista, que esto a fin de cuentas da lo mismo. Y es lo que puede estar ocurriendo con el Real Jaén. Porque resulta que todos - aficionados, seguidores y analistas- nos hemos llenado de pesimismo con lo complicadas que están los asuntos en el club, tanto en lo empresarial como en lo deportivo, cuando de pronto vemos que, incluso en campo ajeno, el equipo es capaz de pronto de remontar un resultado adverso, aunque los imponderables hayan dado lugar después a un empate. Quizás es que nadie de nosotros ha caído en la cuenta de lo malo que es, como dice el refrán, tener unos buenos principios, con lo que a lo mejor llegamos a Diciembre en situación razonable. Porque de lo que todos estamos seguros es de que desde ese mes todo será coser y cantar.

30 de Septiembre de 2002                    Betis B, 2; Real Jaén, 2.