5. Regalar goles
La
eterna discusión de si a la suerte se la busca o se la encuentra habrá que
aplicarla cuanto antes a los equipos jiennenses de la Segunda División B, a la
vista de la generosidad fortuita con la que se están produciendo los últimos
resultados y los goles con que estamos obsequiando a los equipos contrarios.
Bien es verdad que, si aplicamos la teoría de los errores arbitrales, que
asegura que al final siempre acaban compensando a todos los equipos, podemos
quedarnos tranquilos pero lo cierto es que esa explicación nunca nadie se ha
tomado la molestia de demostrarla con datos reales y por tanto es más una
hipótesis tranquilizadora de orden sicológico, cuando las cosas han salido mal
y los desaciertos nos han perjudicado, que una afirmación científica. Pero
además tampoco está claro, y es lo que solemos ver cada día, que en asuntos de
fortuna las cosas se muestren compensadoras con los que tienen menos suerte.
Por el contrario la experiencia que todos tenemos está más por aquello de que a
perro flaco todas son pulgas, que es más o menos lo que asegura Cervantes,
precisamente en el Coloquio de los Perros. Así es que por este camino de dejar
que el azar nos compense poca solución tenemos para el nuevo problema con que
nos encontramos, de regalar goles, y por tanto puntos en la clasificación, sin
querer. A no ser que nuestros equipos se apliquen esa fórmula publicitaria tan
eficaz de dos por uno, es decir, que por cada gol regalado se marquen dos. Al
fin y al cabo la publicidad se ha convertido en una forma de éxito en el mundo.
Publicado
el día 7 de Octubre de 2002
Real Jaén, 1; Algeciras, 1.
6.
Esta vez funcionó
El fútbol, como la mayoría
de las cosas de la vida, está lleno de tópicos y de frases hechas que sirven
para cubrir huecos en las conversaciones y facilitar espacio en las
discusiones, y que normalmente son sólo un juego de palabras. Pero este
lenguaje se derrumba y se hace realidad cuando se producen determinadas
circunstancias como las que ocurrieron el pasado viernes en el partido del Real
Jaén en Málaga. Entonces, en la segunda mitad, tuvimos la oportunidad y la
suerte de ver en el equipo una imagen de serenidad, dominio y buen hacer hasta
el punto de que parecía imposible encajar un gol. Y ello recurriendo únicamente
a la maestría y a la inteligencia, sin necesidad de echar mano de marrullerías
ni artimañas. A este período del partido podemos aplicarle la descripción que
hace Jorge Valdano de una situación similar en una de sus primeras
publicaciones: los futbolistas, detalla, retrocedieron dócilmente para
prestarse a la revolución defendida de los generales del banquillo; el juego se
fue poniendo serio, lo útil devaluó a lo bello y el resultado se hizo
dictadura. Lo que en otros términos quiere decir que, como no había más
remedio, el equipo se dedicó a defender por orden del entrenador y los demás
técnicos porque era lo único que podía hacer y se había convertido en objetivo
irrenunciable. En cuanto a lo de la belleza, ya es más discutible porque,
además de otras cosas, también es vistosa una buena defensa. Sobre todo cuando
es lo único posible, que eso es ya otro cantar y es un asunto muy serio.
Publicado el día 14 de
Octubre de 2002 Málaga B, 0: Real
Jaén, 0.
7. Jugar indefinidamente
Como todo el mundo sabe, los ritos son
sistemas mediante los cuales los seres humanos expresamos y hacemos públicos
deseos, esperanzas y recuerdos de nuestras cosas. Pero uno de los factores más
significativos y representativos de los ritos es que ya está establecido de
antemano lo que va a pasar, ya se sabe lo que va a ocurrir. En las disputas de
moros y cristianos, por ejemplo, las consecuencias de la disputa, saber quién
va a triunfar, se conocen previamente, con anterioridad. Precisamente
transformar cualquier ceremonia en rito es darle un cierto carácter permanente
tanto en su desarrollo como en su finalización. Los deportes de competición en
nuestra cultura no pertenecen a la categoría de rito porque el resultado está
por ver y, para conocer lo que ocurrirá al final, hay que esperar al acierto de
los protagonistas y a las consecuencias de la fortuna. Sin embargo cuenta el
antropólogo francés Levi-Strauss que, en unas islas del Pacifico donde
aprendieron a jugar al fútbol, decidieron que las cosas no fuesen así y que
éste debía ser un rito. Así el acuerdo fue que, cuando llegara el tiempo de su
celebración, jugarían tantos partidos como hiciera falta para que todos los
equipos ganaran el mismo número de veces. Con el Real Jaén, a pesar del
esfuerzo evidente de los jugadores, vamos a tener que pedir a la Federación que
haga algo parecido a los del Pacífico, a ver si de esta forma ganamos lo que
nos corresponde. El problema va a estar en que, a lo mejor, la eternidad se nos
hace corta, salvo que el técnico encuentre antes una solución.
Publicado
el día 21 de Octubre de 2002. Real
Jaén, 0; Cartago Nova, 0.
8.
Empezar de nuevo
Hay que volver al verano. No
hay más remedio si es que realmente hay interés en tratar de arreglar la
situación del Real Jaén. Hay que recrear el marco en el que se planifican las
temporadas futbolísticas, se fijan objetivos y se acuerdan estrategias. Es éste
y ahora el tiempo y el momento para situarse en el final de la temporada pasada
y empezar a planificar lo que se quiere y lo que se puede hacer en el regreso a
la segunda división B. Es lo que parece que aconseja la urgencia de la
situación. Si las cosas, por la razón que fuere, no se hicieron bien en el
principio (y en eso parece haber una cierta sensación común como lo
manifestaron los espectadores el pasado viernes cuando lo reprocharon
abiertamente a quien correspondió), ahora es el momento de rectificar en dos de
los vectores, el deportivo y el social; el empresarial es cuestión de gabinete.
En lo deportivo hay que empezar a poner a trabajar a un técnico que vaya
planificando lo que el equipo necesita, con qué se puede contar y con qué no.
Por supuesto que ahora hay un condicionante imprevisto y es aquello, que parece
se nos ha olvidado, de los 45 o 50 puntos imprescindibles para no bajar de
categoría. Porque en la que estamos también hay descensos. Y en lo social hace
falta más cercanía a la gente y el compromiso de un entusiasmo razonable en
cuanto a resultados. La existencia de un proyecto renovado y coherente, que hay
que empezar a diseñar ya con vistas a los plazos federativos, es el único
camino para eliminar las reticencias que aun subsisten.