La entidad ya ha hecho su tarea y cometido
Cuando se toma una decisión y se ponen en marcha todos los mecanismos de que se dispone, lo único que cabe ya es cruzar los dedos a la espera de que las gestiones fructifiquen y se consiga aquello por lo que se ha optado y parece de interés. Es la situación actual del Real Jaén. Convencidos todos de que la mejor garantía de éxito en la próxima temporada liguera está en mantener la actual plantilla de jugadores, el club ha citado a cada uno de ellos, le ha hecho la oferta que ha entendido posible y real y le ha animado a continuar en nuestro equipo. Todo correcto. La entidad ya ha hecho su tarea y cometido y ahora el balón, como no podía ser de otra manera, está en el tejado de los jugadores. Lo que falta es que cada profesional responda a la oferta recibida. ¿Qué hacer en el entretanto? Mientras llegan las respuestas, que ojalá sean favorables a la continuidad, lo único que se puede hacer es morderse las uñas o cruzar los dedos para que salga bien el negocio deportivo. Embarcarse en sortilegios de alto nivel es meterse en camisa de once varas y a fin de cuentas desde una perspectiva de millones de años nadie es imprescindible. Pero al menos, para tapar la ansiedad, se puede matar el tiempo con ritos ingenuos y sencillos que a lo mejor son eficaces. Algún catálogo simpático y sugerente de credulidades y supersticiones andaluzas circula por ahí que cuenta lo que ocurre si el vino se cae en la mesa, se pasa por debajo de una escalera o es mentira lo que se olvida cuando se quiere decir algo. Consejos y consejas para salvarse de la mala suerte y encontrarse con la buena. Y tratar de conseguir que el amor por los colores del equipo sirva de razón para continuar en el club aunque la oferta económica no haya sido excesiva. Claro que, si esto falla y no hay manera de conseguir la adhesión por la vía emocional, la única solución posible es estar atentos porque si se tropieza varias veces en un mismo sitio, la voz del pueblo asegura que es señal de que debajo de tierra hay dinero escondido. Y esa sería la salvación definitiva. De ello saben mucho tantas leyendas que circulan por nuestra geografía. Así es que si los deseados prefieren otros horizontes deportivos pues todos a leer cuentos mágicos en los que están los conjuros, blancos desde luego y nunca mejor dicho, para abrir muros y sótanos que encierran inmensas riquezas y sirvan para poder contratar a quien se quiera.
EL PROBLEMA DE LA IDENTIDAD NACIONAL DE LOS FUTBOLISTAS
La FIFA sigue insistiendo en la idea de que la perdida de identidad nacional de los clubes pone en peligro a los equipos representativos. El asunto es muy complejo y no se sabe si su preocupación es altruista en defensa de los nacionalismos o sólo trata de evitar que se hunda el incalculable negocio de los torneos internacionales de países.
NÚMERO EXCESIVO DE KILÓMETROS EN CICLISMO
Los ciclistas han sufrido estos últimos años el grave deterioro de imagen por el excesivo uso de drogas y estimulantes para mejorar su rendimiento en la carrera. Pero cuando se ven etapas, como las de estos días en el Giro, de nada menos que más de 220 kilómetros, empieza uno a dudar si no serán casi inhumanos los esfuerzos que se les exigen.
2 de junio de 2008
