El fenómeno único y universal al que llamamos fútbol es un sistema que penetra en los engranajes de la sociedad
Lo de que uno se hace socio del equipo de su pueblo porque el sentimiento tira mucho es un tópico pero al mismo tiempo una verdad como un templo. Lo nuestro, la pequeña tribu de la que uno forma parte, tiene un imán casi infalible y arrastra con fuerza las voluntades y los afectos de la gente. Pero quedarse hablando sólo de eso, de emociones y entusiasmos, es insuficiente tal como está el panorama de la vida social respecto al fútbol. Por supuesto que todo ese mundo de pasiones y arrebatos, de “dar la vida por el equipo de uno” es algo que mueve a todas las gentes (y se ha visto en España estos días) pero, junto a ello, es preciso indagar desde la reflexión serena otros provechos y rendimientos igualmente importantes y valiosos que produce el fútbol, especialmente por ejemplo los que hacen referencia a los beneficios y a la rentabilidad social y económica, dos realidades unidas entre sí. Hablando precisamente de estos asuntos, hay que recordar aquel principio o la ley fundamental del comportamiento humano en estos tiempos que expresa que, nos guste o no, el fútbol se ha convertido en un fenómeno total de la vida humana, es decir, que el fútbol ya no es un deporte, ni siquiera un espectáculo, tampoco una adormidera de conciencias para olvidar los problemas reales, un sistema económico, un espacio social o un inductor del mundo internacional y diplomático. El fútbol no es nada de eso porque es todo eso y mucho más. El fenómeno único y universal al que llamamos fútbol es un sistema que penetra en los engranajes de la sociedad, de sus movimientos, e impregna muchos de sus usos, de sus prácticas y sus rutinas. Por eso no basta hoy con recrearse en los discursos emotivos y sentimentales sobre su influencia, en las lágrimas tanto de tristeza como de alegría que produce, sino que hay que dar un paso más y reconocer que esta actividad se ha convertido en motor económico y un exponente de la capacidad social y de liderazgo de una ciudad, un pueblo o un país. Y consiguientemente en un síntoma de cómo funcionan las cosas. Será interesante por eso fijarse en cuál es la respuesta que da nuestra sociedad giennense a la demanda que nos está proponiendo nuestro fútbol representativo, si valora los beneficios que podría producir a todos en general y si estamos dispuestos a aprovechar el tirón social del fútbol para que Jaén y sus cosas pasen a la primera línea informativa.
SIGUEN LOS PROBLEMAS POLÍTICOS EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS
Tras las tensiones por el problema del Tibet, ahora aparece la discrepancia de si Taipei, China (que indica que es territorio del estado de China) o “Taipei, chino”. Como se recordará, China y Taiwán están separadas desde 1949, fecha en que el gobierno nacionalista chino se hizo fuerte en la isla, tras ser derrotado por los comunistas de Mao en la China continental.
EL EX-FUTBOLISTA HUGO SÁNCHEZ NO SIRVE PARA ENTRENAR
Saben de sobra los profesores que su tarea es bastante más difícil de lo que parece, que trasmitir conocimientos requiere técnicas muy precisas y altos conocimientos de bastantes disciplinas. Precisamente lo que aseguran que le falta al que fue extraordinario jugador, el mejicano Hugo Sánchez, que no ha clasificado a su país para los Juegos Olímpicos.
21 de Julio de 2008.
(La junta directiva del club ha iniciado una campaña intensa para estimular que aumenten los socios)