31. El Real Jaén tiene genoma
Empezaban
a correr rumores por los mentideros (que, como se sabe, son los antecedentes de
los actuales programas de televisión basura) cercanos a los ambientes
deportivos asegurando que el Real Jaén era un equipo poco sólido,
inconsistente, sin criterio y sin saber muy bien lo que hacer. Que su
configuración no tenía sustancia ni señas de identidad como se había apreciado
en el partido de Écija. Pero esa opinión ha quedado plenamente desmentida por
los hechos y se ha visto que apenas tenía fundamento. Antes al contrario, en el
partido de ayer se pudo comprobar que el equipo tiene un mapa genético tan
sólido como cualquier otro ser del mundo y por tanto fijo, estable y permanente
que le lleva a comportarse con necesidad inevitablemente de una manera
determinada. Es como una inclinación natural que desborda la voluntariedad de
sus protagonistas y no le permite actuar de otra forma. El actual Real Jaén
tiene genes y por tanto una naturaleza en cuyo mapa genético están escritos sus
tres demonios familiares que le dan personalidad y un comportamiento propio.
Ayer, por ejemplo, no hubo expulsiones pero sí volvieron a aparecer los otros
dos, a saber, los autogoles y los errores infantiles. Y como lo biológico
resulta una imposición, todo se hizo al revés para que pudieran cumplirse los
mandatos genéticos, a pesar de la legión de delanteros centro que tenía la
alineación. Sólo al final pudo romperse la obediencia biológica pero fue un
fiasco. Como debe ser, para cumplir con el destino genético.
7
de Abril de 2003. Real
Jaén, 2; Extremadura, 3.
32. El diablo de los números
A estas alturas de
competición, pensando en la clasificación final y en las posibilidades de no
descender a la Tercera División, las cuentas y los números aún permiten la
confianza y la ilusión o, como decimos familiarmente, todavía salen. Y todos
sabemos en verdad lo que eso significa. Los profesionales y los interesados en
cuestiones deportivas suelen decir, pretextando rigor y precisión pero casi
siempre con la boca pequeña, que hasta que matemáticamente haya posibilidades
de conseguir el objetivo de la temporada no se puede cantar victoria ni, en
caso contrario cuando las cosas van mal y el peligro de un tropiezo final
amenaza con fiereza, lamentarse de la derrota definitiva. O sea, vienen a significar
que mientras hay vida, hay esperanza, que muchas veces no es sino como lo de
poner una pica en Flandes. Pero eso de hacer cuentas, aunque le parezca tan
sencillo al diablo de los números, que asegura M. Enzensberger, tiene el grave
inconveniente, como el mismo nombre indica, de que la mayoría de los verdaderos
matemáticos no sabe hacerlas, con lo que veremos qué puede salir de todo este
lío contable. De todas maneras, aun cuando en definitiva los números saliesen
milagrosamente bien, el balance no puede ser más triste, lastimero e impropio,
en contraposición a las expectativas iniciales. Y a la hora de desarrollarlo
habrá que poner sobre la mesa los dos temas centrales que faltan para cerrar la
temporada: las responsabilidades de lo que ha ocurrido y el futuro del club.
14 de Abril de 2003. Ciudad de Murcia, 2; Real
Jaén, 1
33. Casi la eternidad
Francisco Jurado se reincorpora al equipo
después de haber
superado
una muy grave enfermedad.
Foto: Diario Jaén
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20 de Abril de 2003 Real Jaén, 1; Mérida, 0.
34. Como los malos estudiantes
Al Real Jaén y al
Torredonjimeno les está pasando (en los resultados, no en el esfuerzo de los
profesionales, que eso es otra historia) lo que a los malos estudiantes, que
abandonan sus tareas y trabajos durante el curso y luego, cuando llega el
momento de los exámenes finales, las cosas empiezan a ponerse feas y
complicadas porque un resbalón casi sin darse cuenta puede dar al traste con
todas las ilusiones. Si se ha sido un estudiante regular, de esos que tienen
aprobados algunos parciales, esa nota le sirve como de colchón para sortear el
peligro, aunque deba estar pendiente y muy atento hasta el final: es lo que le
ocurre, por ejemplo, al Linares. Pero si se han venido dando tumbos y no hay ni
una carta guardada para un caso de emergencia, inmersos a estas alturas en
plena zona de descenso, el horizonte aparece negro o más bien oscuro y difícil.
Además el problema se acrecienta porque el sistema de liga es como el de unas
oposiciones en las que hay un número máximo de candidatos que pueden superar la
prueba (como lo del temible numerus clausus) y no hay manera de ampliar el
número de plazas a cubrir. En estas condiciones el Torredonjimeno apenas tiene
posibilidades de salir indemne. Al Real Jaén, por su parte, los dos últimos
éxitos le han abierto un camino ancho de esperanza que puede ser cierta
salvación, siempre con la posibilidad de ese examen extraordinario de
recuperación que es la promoción. Y es que ya lo dice el refrán, que más vale
antes que después, o que el que da primero da dos veces. Pues eso.