83. Anverso y reverso
En
los días previos al partido de ayer del Real Jaén con el Vecindario el ambiente
venía cargado de expectativas ante un equipo que ha llegado precedido del aura
de unas estadísticas increíbles, como reflejaban con estas u otras palabras
parecidas las opiniones y declaraciones habituales durante la semana. Por lo
general se concretaban estos elogios asegurando que el equipo canario posee
unas extraordinarias cualidades futbolísticas como puede comprobarse en los
datos espectaculares que ofrece la clasificación. Unos números y unas
estadísticas que garantizan una alta perfección técnica, primero en la
plantilla y después en los resultados, es decir, tanto en los aspectos
estáticos como en los dinámicos de la práctica deportiva. Dicho de una manera
más tópica, algo así como que el Vecindario es una especie de galáctico de
nuestra división.
Es
verdad que en algunos aspectos cuantitativos ese equipo destaca sobre manera
pero también es cierto que el desarrollo del partido únicamente justificó en
parte todo lo que se había dicho. Buenos modos estratégicos y buenas maneras
técnicas pero el Real Jaén pudo haber ganado los tres puntos que se discutían.
De
todas formas ha resultado una experiencia muy atractiva y sugerente este coro
laudatorio en el que casi todos hemos participado, más allá de las aburridas,
por repetitivas, consideraciones que se hacen antes de un partido de fútbol.
Como si hubieran salido del inconsciente, cada elogio era sin buscarlo un
vituperio para nosotros mismos, cada una de esas opiniones elogiosas encerraba
una desaprobación para nuestro equipo. Como en un juego de anverso y reverso,
suponía implícitamente una crítica para nosotros porque, si los objetivos eran
los mismos, los mimbres deberían haber sido similares, aunque luego la suerte y
los desatinos parciales lo hubiesen estropeado. Pero hasta ahora los
ingredientes de cada domingo han sido los habituales, lo que nos lleva a pensar
que nos equivocamos al proponer horizontes que han resultado imposibles. Y
demuestra que el error principal se cometió antes de empezar a liga.
5
de Abril de 2004. Real
Jaén, 0; Vecindario (Canarias), 0.
84. Calma chicha
Todo
el mundo parece tener claro que los agobios, las tensiones y el nerviosismo no
fortalecen el espíritu sino que, por el contrario, causan más daño que
beneficio, y hasta producen enfermedades las más de las veces. La ansiedad, por
ejemplo, es considerada una dolencia nefasta para el buen desarrollo de la
vida. Por eso, si queremos una existencia razonable, se nos hace imprescindible
buscar la quietud y el sosiego que tan útiles y propicios son para nuestra
salud, la del alma y la del cuerpo.
Y en esta situación tan ventajosa y tan
cómoda estamos los aficionados y seguidores del Real Jaén. Sumergidos en una
especie de nirvana, nos encontramos relajados y reposados ante la seguridad de
que ya no hay peligro a la vista y que nada nos amenaza deportivamente para lo
que queda de temporada futbolística. Ya llevamos unas semanas fondeados en
aguas tranquilas y calmosas en las que gozamos de la tranquilidad, lo que es un
buen remedio para los disgustos que nos proporciona la existencia. Porque, si
somos sinceros, hemos de reconocer que en verdad nadie llegó a considerar este
año que el descenso fuese una amenaza posible.
Lo único pernicioso de esta situación
es que se quebrantan los ardores y las pasiones que dan color y juego a la
vida, y acabamos cayendo en una monotonía sin aliciente cuando las emociones,
bien dosificadas desde luego, son una garantía eficaz de progreso. Ya se sabe
que la calma chicha, como dicen los navegantes, permite asegurar la nave pero
en ningún caso avanzar hasta puerto. Pero así han venido las cosas. Lo
inteligente en estas condiciones es aprovechar la coyuntura para revisar los
mecanismos de funcionamiento y ponerlos a punto para el momento en que llegue
la tempestad.
Donde más que calma hay serenidad es en
los despachos del club. ¡Ahí es nada conseguir que la Hacienda Pública se fíe
de uno, si además este uno forma parte de un colectivo que a veces parece tener
a gala el incumplimiento de sus obligaciones financieras con los organismos
colectivos! Eso sí que es, como decían los romanos, un ave rarísima, casi como
un cisne negro. O un mirlo blanco.
12
de Abril de 2004. Los Palacios, 1; Real
Jaén, 3.
85.
El burro de Buridano
Juan
de Buridano fue un profesor de filosofía en la Universidad de París allá por la
Edad Media. Un día tratando de explicar los mecanismos mediante los cuales las
personas tomamos decisiones o ejercemos la libertad, propuso como discusión el
siguiente ejemplo: imaginemos, dijo, un burro con hambre que para comer tiene
delante de sí dos montones de paja tan exacta y absolutamente iguales que no
hay ninguna razón para inclinarse por uno o por otro. ¿Qué hará en ese caso?
Por supuesto que es una simulación pero la pregunta sirve muy bien para
ilustrar las dudas que muchas veces tenemos cuando nos vemos forzados a tomar
una determinación y no tenemos argumentos más poderosos para inclinarnos por
una u otra opción.
Pues
algo así pudiera estar ocurriéndole a la directiva del Real Jaén a la hora de
decidir si renueva o no al entrenador Nogués para la próxima temporada.
Criterios definitivos para una u otra alternativa no parece que los haya, al
menos desde fuera, en lo que percibe el aficionado. Sus buenas condiciones
personales y profesionales relacionadas con todos los aspectos humanos y
técnicos, individuales y colectivos, de los profesionales parece que están a su
favor y eso es muy importante, sobre todo en un mundo como el del fútbol que
por evidentes motivos siempre está en el candelero. Pero, con esta plantilla en
cuya selección, al parecer, intervino de manera muy principal, los resultados
no le han acompañado y se han movido en un tono de término medio o mediocridad,
algo que en este juego enfría a la gente y no le invita a participar: de
acuerdo con el dicho, se ha jugado como nunca y se ha perdido muchas veces,
aunque el partido de ayer fuese todo lo contrario.
Buridano aseguraba que,
cuando se da esta circunstancia, lo lógico es que el burro se muera de hambre.
Como cuando andamos dudando a qué película ir y al final no vamos a ninguna.
Pero esto ni es bueno ni sería posible. Claro que a lo mejor la directiva ya ha
tomado una decisión y estas letras no sirven para nada. Aseguran los que saben
de estas cosas que es mejor morir harto que muerto de hambre.
19 de Abril de 2004. Real Jaén, 2; Sevilla
B, 1.
86.
¡Una toalla!
El hecho de que en el fútbol
no se permita a los equipos rendirse o marcharse marca sin duda, y mucho, esta
práctica deportiva. Y esto tanto si es a lo largo del campeonato como en el
desarrollo de un partido. Es uno de los infortunios y los inconvenientes que,
además, está incluido en sus reglas básicas. A diferencia de otros deportes en
los que poder irse en un determinado momento forma parte del juego, en el
fútbol no se admite dejar la contienda a medias sino que todo tiene que llegar
hasta el final y es el reloj el que marca el término del trayecto. No vale aquí
ni haber alcanzado la meta, sea cual fuere el tiempo invertido, y tampoco está
permitido que un competidor arroje la toalla en señal de abandono al reconocer
la superioridad del contrario.
En el caso de un partido,
aunque un equipo, por la razón que sea, se vea una tarde sin posibilidades
ningunas de ganar, se sienta avasallado por el contrario e incluso insultado
por los espectadores con los consabidos gritos taurinos, tiene que consumir
todo el tiempo establecido y el reglamento no le permite una retirada digna
que, sin alterar las consecuencias de la competición, le sirviera para sentirse
vencido pero seguramente no derrotado. Aunque la desgracia y la desventura se
estén burlando de su suerte o simplemente que todos tenemos un día en el que no
salen las cosas, un equipo tiene que mantenerse como si tal cosa si no quiere
ser sancionado.
La otra circunstancia
paralela se da en el transcurso de una temporada o una competición cuando ya no
queda nada significativo que hacer, como le ocurre al Real Jaén en estos
momentos. Bien es verdad que podría ser que todos los puestos de la
clasificación tuviesen cierto premio en alguna forma pero no es así y ahora
sólo queda la honradez de los profesionales.
Por supuesto que cambiar
algo de todo esto sería un lío complejo y quizá hasta imposible pero todos
tenemos derecho a desahogarnos una vez y desear que, visto lo visto, esto
termine cuanto antes para que se pueda preparar el futuro de la mejor y más
rápida manera.