ABRIL 2004


83. Anverso y reverso

En los días previos al partido de ayer del Real Jaén con el Vecindario el ambiente venía cargado de expectativas ante un equipo que ha llegado precedido del aura de unas estadísticas increíbles, como reflejaban con estas u otras palabras parecidas las opiniones y declaraciones habituales durante la semana. Por lo general se concretaban estos elogios asegurando que el equipo canario posee unas extraordinarias cualidades futbolísticas como puede comprobarse en los datos espectaculares que ofrece la clasificación. Unos números y unas estadísticas que garantizan una alta perfección técnica, primero en la plantilla y después en los resultados, es decir, tanto en los aspectos estáticos como en los dinámicos de la práctica deportiva. Dicho de una manera más tópica, algo así como que el Vecindario es una especie de galáctico de nuestra división.
Es verdad que en algunos aspectos cuantitativos ese equipo destaca sobre manera pero también es cierto que el desarrollo del partido únicamente justificó en parte todo lo que se había dicho. Buenos modos estratégicos y buenas maneras técnicas pero el Real Jaén pudo haber ganado los tres puntos que se discutían.
De todas formas ha resultado una experiencia muy atractiva y sugerente este coro laudatorio en el que casi todos hemos participado, más allá de las aburridas, por repetitivas, consideraciones que se hacen antes de un partido de fútbol. Como si hubieran salido del inconsciente, cada elogio era sin buscarlo un vituperio para nosotros mismos, cada una de esas opiniones elogiosas encerraba una desaprobación para nuestro equipo. Como en un juego de anverso y reverso, suponía implícitamente una crítica para nosotros porque, si los objetivos eran los mismos, los mimbres deberían haber sido similares, aunque luego la suerte y los desatinos parciales lo hubiesen estropeado. Pero hasta ahora los ingredientes de cada domingo han sido los habituales, lo que nos lleva a pensar que nos equivocamos al proponer horizontes que han resultado imposibles. Y demuestra que el error principal se cometió antes de empezar a liga.

5 de Abril de 2004.                       Real Jaén, 0; Vecindario (Canarias), 0.


 84. Calma chicha

Todo el mundo parece tener claro que los agobios, las tensiones y el nerviosismo no fortalecen el espíritu sino que, por el contrario, causan más daño que beneficio, y hasta producen enfermedades las más de las veces. La ansiedad, por ejemplo, es considerada una dolencia nefasta para el buen desarrollo de la vida. Por eso, si queremos una existencia razonable, se nos hace imprescindible buscar la quietud y el sosiego que tan útiles y propicios son para nuestra salud, la del alma y la del cuerpo.
         Y en esta situación tan ventajosa y tan cómoda estamos los aficionados y seguidores del Real Jaén. Sumergidos en una especie de nirvana, nos encontramos relajados y reposados ante la seguridad de que ya no hay peligro a la vista y que nada nos amenaza deportivamente para lo que queda de temporada futbolística. Ya llevamos unas semanas fondeados en aguas tranquilas y calmosas en las que gozamos de la tranquilidad, lo que es un buen remedio para los disgustos que nos proporciona la existencia. Porque, si somos sinceros, hemos de reconocer que en verdad nadie llegó a considerar este año que el descenso fuese una amenaza posible.     
         Lo único pernicioso de esta situación es que se quebrantan los ardores y las pasiones que dan color y juego a la vida, y acabamos cayendo en una monotonía sin aliciente cuando las emociones, bien dosificadas desde luego, son una garantía eficaz de progreso. Ya se sabe que la calma chicha, como dicen los navegantes, permite asegurar la nave pero en ningún caso avanzar hasta puerto. Pero así han venido las cosas. Lo inteligente en estas condiciones es aprovechar la coyuntura para revisar los mecanismos de funcionamiento y ponerlos a punto para el momento en que llegue la tempestad.
         Donde más que calma hay serenidad es en los despachos del club. ¡Ahí es nada conseguir que la Hacienda Pública se fíe de uno, si además este uno forma parte de un colectivo que a veces parece tener a gala el incumplimiento de sus obligaciones financieras con los organismos colectivos! Eso sí que es, como decían los romanos, un ave rarísima, casi como un cisne negro. O un mirlo blanco.

12 de Abril de 2004.                           Los Palacios, 1; Real Jaén, 3.
   
  
85. El burro de Buridano

Juan de Buridano fue un profesor de filosofía en la Universidad de París allá por la Edad Media. Un día tratando de explicar los mecanismos mediante los cuales las personas tomamos decisiones o ejercemos la libertad, propuso como discusión el siguiente ejemplo: imaginemos, dijo, un burro con hambre que para comer tiene delante de sí dos montones de paja tan exacta y absolutamente iguales que no hay ninguna razón para inclinarse por uno o por otro. ¿Qué hará en ese caso? Por supuesto que es una simulación pero la pregunta sirve muy bien para ilustrar las dudas que muchas veces tenemos cuando nos vemos forzados a tomar una determinación y no tenemos argumentos más poderosos para inclinarnos por una u otra opción.
Pues algo así pudiera estar ocurriéndole a la directiva del Real Jaén a la hora de decidir si renueva o no al entrenador Nogués para la próxima temporada. Criterios definitivos para una u otra alternativa no parece que los haya, al menos desde fuera, en lo que percibe el aficionado. Sus buenas condiciones personales y profesionales relacionadas con todos los aspectos humanos y técnicos, individuales y colectivos, de los profesionales parece que están a su favor y eso es muy importante, sobre todo en un mundo como el del fútbol que por evidentes motivos siempre está en el candelero. Pero, con esta plantilla en cuya selección, al parecer, intervino de manera muy principal, los resultados no le han acompañado y se han movido en un tono de término medio o mediocridad, algo que en este juego enfría a la gente y no le invita a participar: de acuerdo con el dicho, se ha jugado como nunca y se ha perdido muchas veces, aunque el partido de ayer fuese todo lo contrario.
Buridano aseguraba que, cuando se da esta circunstancia, lo lógico es que el burro se muera de hambre. Como cuando andamos dudando a qué película ir y al final no vamos a ninguna. Pero esto ni es bueno ni sería posible. Claro que a lo mejor la directiva ya ha tomado una decisión y estas letras no sirven para nada. Aseguran los que saben de estas cosas que es mejor morir harto que muerto de hambre.

19 de Abril de 2004.                          Real Jaén, 2; Sevilla B, 1.


86. ¡Una toalla!

El hecho de que en el fútbol no se permita a los equipos rendirse o marcharse marca sin duda, y mucho, esta práctica deportiva. Y esto tanto si es a lo largo del campeonato como en el desarrollo de un partido. Es uno de los infortunios y los inconvenientes que, además, está incluido en sus reglas básicas. A diferencia de otros deportes en los que poder irse en un determinado momento forma parte del juego, en el fútbol no se admite dejar la contienda a medias sino que todo tiene que llegar hasta el final y es el reloj el que marca el término del trayecto. No vale aquí ni haber alcanzado la meta, sea cual fuere el tiempo invertido, y tampoco está permitido que un competidor arroje la toalla en señal de abandono al reconocer la superioridad del contrario.
En el caso de un partido, aunque un equipo, por la razón que sea, se vea una tarde sin posibilidades ningunas de ganar, se sienta avasallado por el contrario e incluso insultado por los espectadores con los consabidos gritos taurinos, tiene que consumir todo el tiempo establecido y el reglamento no le permite una retirada digna que, sin alterar las consecuencias de la competición, le sirviera para sentirse vencido pero seguramente no derrotado. Aunque la desgracia y la desventura se estén burlando de su suerte o simplemente que todos tenemos un día en el que no salen las cosas, un equipo tiene que mantenerse como si tal cosa si no quiere ser sancionado. 
La otra circunstancia paralela se da en el transcurso de una temporada o una competición cuando ya no queda nada significativo que hacer, como le ocurre al Real Jaén en estos momentos. Bien es verdad que podría ser que todos los puestos de la clasificación tuviesen cierto premio en alguna forma pero no es así y ahora sólo queda la honradez de los profesionales.
Por supuesto que cambiar algo de todo esto sería un lío complejo y quizá hasta imposible pero todos tenemos derecho a desahogarnos una vez y desear que, visto lo visto, esto termine cuanto antes para que se pueda preparar el futuro de la mejor y más rápida manera.

26 de Abril de 2004                  Corralejo (Fuerteventura), 1; Real Jaén, 0.