100. Ejercicio del sexo
En el fútbol, como en tantos otros espacios de la
vida, hay multitud de cuestiones de las que los aficionados hablan y discuten y
sobre los que nunca se acaba llegando a un acuerdo más o menos general. Incluso
los técnicos tienen serias discrepancias porque tampoco se hacen estudios
científicos para saber de una vez por todas a qué atenerse. Uno de estos temas
es si antes de los partidos los jugadores deben disfrutar o no de la compañía
amorosa y del sexo. Y así, mientras unos opinan que ejercerlo en ese tiempo
estimula física y sicológicamente, otros, por el contrario, entienden que ese
método disminuye las potencialidades orgánicas y mentales de los futbolistas.
¿Cómo se compaginan deporte y sexo?
En
estas fechas los jugadores del Real Jaén, como los de casi todos los clubes,
están concentrados preparando la próxima temporada. La pregunta que se repite
una y otra vez sobre estas prácticas es ésta: en esos casos ¿sería más
beneficioso para su rendimiento personal y profesional que hubiesen ido
acompañados de sus esposas o sus novias, en lugar de hacerlo solos?
Asunto
muy complejo éste para tratarse de prisa y corriendo por las muchas
implicaciones que tiene: sicológicas, fisiológicas, laborales, económicas,
familiares o sociológicas. Y también aspectos organizativos, como las
concentraciones menores previas a los partidos importantes o las medidas
preventivas que algunos clubes toman durante las fiestas locales. Y el debate
puede ampliarse indefinidamente si además comparamos esta situación con lo que
ocurre en el mundo del trabajo en general cuando los trabajadores son reunidos
o concentrados para hacer cursos de perfeccionamiento y donde pasa lo mismo que
con los futbolistas.
Como algunos recordarán, los jugadores
de la selección española en Portugal dispusieron, tras el triunfo ante Rusia,
de la posibilidad de reunirse con sus esposas o sus novias. Sin embargo apenas
unas pocas acudieron a la cita. Por cierto, más novias que esposas, titulaba el
diario El País. ¿Nos eliminarían tan pronto por eso?
1
de Agosto de 2004.
101. Los partidos de pretemporada
Es opinión común que los partidos de
fútbol amistosos de pretemporada que los clubes organizan tienen como finalidad
última poner en práctica las teorías estratégicas y tácticas que estudian y
ensayan en sus horas de preparación los profesionales. Estos encuentros tienen
por eso unas normas específicas convencionalmente aceptadas por todos, también
por el público. El aprendizaje en la vida funciona siempre por el procedimiento
de ensayo y error, y una tarea primordial de estos días es hacer modificaciones
y estudiar alternativas para encontrar la mejor solución a los problemas que
plantea el sistema de juego. Los aficionados entienden perfectamente el sentido
y el alcance de estas actividades deportivas.
Sin embargo hay otra lectura implícita
escondida en estos partidos de pretemporada, otra cara de la moneda que pasa
desapercibida pero que tiene una importancia cuando menos interesante a la hora
de crear afición y ambiente entre los aficionados. Quienes tienen la
posibilidad y el gusto de asistir a estos encuentros pueden apreciar todos los
matices de los ensayos pero esos privilegiados no son lógicamente muchos y a la
mayoría de la gente sólo le llega un resultado y un juicio global de cada
actuación. No debe olvidarse que son espectáculos públicos de los que se hace
una crónica en los espacios deportivos de los medios de comunicación.
El
entusiasmo casi nunca es producto de un razonamiento frío y calculado sino que
explota de pronto, y es obvio que un titular victorioso como: Espléndida
pretemporada... o algo por el estilo, caldearía en seguida el ambiente y se
extendería por todas partes una nueva fiebre futbolística.
Racionalmente todo el mundo es
consciente de las condiciones en que se juega (que desde luego son iguales para
los dos equipos) pero habrá de reconocerse que, si la suerte acompañase en los
partidos de estas semanas, el arrebato y la pasión subirían de grados y la
venta de abonos también.
9
de Agosto de 2004.
102.
Sobre el papel
Aunque
cualquier asunto humano puede tener muchos puntos de vista y bastantes
opiniones diversas, se puede afirmar legítimamente que la actual directiva del
Real Jaén ha conseguido formar para la próxima temporada a punto de comenzar un
equipo equilibrado en cuanto a la forma y al fondo. Después de dos años de
planificación aparentemente desafortunada, en éste ha habido criterio,
procedimiento acorde a ese criterio y resultados ajustados a la planificación.
En
cuanto al sistema de trabajo, parece que los responsables han pensado y
decidido con toda exactitud qué querían y qué creían que interesaba al equipo
de acuerdo a los últimos objetivos. Y, además, da la impresión de que los
encargados de hacer los fichajes han encontrado eso que precisamente querían.
Los
resultados, que en el fondo es lo que verdaderamente interesa, ofrecen de
momento buenas perspectivas. En primer lugar porque se mantiene la base firme,
y sobre todo eficaz, que es la manera de evitar los saltos al vacío. (Las
pequeñas incidencias de final de la liga pasada se resolvieron con sentido
común.) Después, a ojos de aficionado, todos los jugadores de la plantilla
tienen carné de titulares, lo que ofrece solidez estratégica y táctica. Las
cosas se han hecho bien, probablemente lo mejor que se han podido hacer.
16
de Agosto de 2004
103.
El efecto Hawthorne
Esta palabra, Hawthorne, que
resulta difícil de pronunciar para quien no domine el inglés, es simplemente el
nombre de una fábrica situada cerca de la ciudad Chicago en la que se hizo un
famoso experimento sicológico al que le ha dado nombre. Las conclusiones vienen
a decir, más o menos, que, cuando una persona está siendo evaluada y lo sabe,
por ese simple conocimiento mejora los resultados; que la gente aumenta su
rendimiento cuando se siente objeto de un atención especial, cuando tiene que
afrontar un desafío significativo ante los demás. Entonces es cuando se ponen
en tensión las virtualidades principales y cada uno se esfuerza por hacer bien
las cosas, por encontrar el camino del éxito. Es en lo que empezamos a estar a partir del próximo domingo. Se han
apagado las candilejas de los ensayos y empiezan las evaluaciones semanales en
forma de clasificación, justo la situación descrita en el efecto citado. Atrás
han quedado las catas y las pruebas. A partir de ahora acertar o no en los
experimentos queda sancionado cada domingo.
Pero
el efecto Hawthorne, el esfuerzo y la capacidad, no lo explican todo y ahí
quedan las pistas de la pretemporada. La moneda tiene otra cara que está en
manos del destino y, si las cosas se han hecho bien como parece, lo que falta
ahora es que también salgan así y que los dioses sean propicios. Y, para darle
un tono poético al principio de la competición, podemos recordar el famoso
texto de Goethe cuando dice que toda teoría es gris pero verde el árbol dorado
de la vida, lo que traducido a términos futbolísticos querría decir, por lo de
verde esperanza e ilusión, entre otras cosas, que muy bien lo de la táctica y
la estrategia (¡faltaría más!) pero que ojalá nuestros jugadores pongan siempre
el balón donde antes han colocado la mirada; los reventas de entradas consigan
el agosto en invierno; y los árbitros, cuando se equivoquen, por supuesto sin
querer, lo hagan siempre a nuestro favor, que esa es la suerte de los
campeones. Y que al final nos hartemos de comer perdices, que en este tiempo
que empieza el mejor de los optimismos se convierte en nuestra obligación mayor
y en nuestra única salida.
23
de Agosto de 2004.
Temporada 2004-2005
Así de espectacular quedó la presentación del equipo
para la
temporada 2004-2005 Foto: Diario Jaén
|
Y Diario JAÉN también quiso tener protagonismo en ese acto
Foto: Diario Jaén
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Al fin, el equipo para esa temporada 2004-2005
Foto: Diario Jaén |
104.
La fábula de la herencia
Había
una vez un rey bueno y pobre, que tenía seis dinares y dos hijos, a los que
quería por igual y a los que deseaba repartirles su herencia. El rey estaba
seguro, por supuesto, de que sus retoños, con los negocios que habían montado,
iban a ser opulentos y acaudalados en el futuro y que el escaso patrimonio que
él podía legarles sólo les serviría de una pequeña ayuda para empezar. Y
decidió repartirlos para que cubriesen los primeros gastos y además quedaran en
buen lugar ante sus amigos y conocidos, que por cierto eran también sus colegas
y parroquianos. Pero se le planteaban dos malos problemas: el primero era que
las leyes que había impuesto un antiguo visir, antepasado suyo y al que no
quería contradecir, no permitían legar de una sola vez todas las riquezas que
se poseyeran y como máximo sólo se podía donar la mitad de lo que se tuviera,
lo que obligaba al rey a repartir en principio entre sus hijos sólo tres
dinares. Bien es verdad que a algunos cortesanos no les parecía conveniente
esta cautela, pero otros pensaban que esta ancestral costumbre era prudente
para que no se dilapidase de golpe toda la fortuna heredada. El segundo
problema era derivado del anterior y consistía en que, al partir la herencia,
sus caudales, los tres dinares, no eran divisibles por dos y entonces, si les
cedía lo mismo a cada hijo, se perdía uno, lo que, naturalmente, le disgustaba.
Estando en esas cábalas, se le ocurrió
convocar a sus dos vástagos para que, acompañados cada uno de sus cofrades y
socios, expusieran las razones que cada uno creyera convenientes a su favor y así
volcar la balanza en uno u otro sentido, sabiendo de antemano que, a pesar de
la escasa cuantía de las herencia, en ningún caso se iban a quedar plenamente
satisfechos todos los protagonistas. Pero no había otra solución. Y ayer fue el
debate de los hermanos, uno llamado Linares y otro Real Jaén. Al final, el
esfuerzo de cada uno de ellos fue lo que originó la última decisión del
destino. Y también, al final, a pesar del interés y del esfuerzo de ambos y del
ánimo de sus amigos, el rey, o sea el destino, que estaba dispuesto a ser bueno
con los dos, como estaba previsto y sólo era posible, no pudo dejarlos
contentos a todos.
30
de Agosto de 2004. Real
Jaén, 0; Linares, 2.