AGOSTO 2004


100. Ejercicio del sexo

En el fútbol, como en tantos otros espacios de la vida, hay multitud de cuestiones de las que los aficionados hablan y discuten y sobre los que nunca se acaba llegando a un acuerdo más o menos general. Incluso los técnicos tienen serias discrepancias porque tampoco se hacen estudios científicos para saber de una vez por todas a qué atenerse. Uno de estos temas es si antes de los partidos los jugadores deben disfrutar o no de la compañía amorosa y del sexo. Y así, mientras unos opinan que ejercerlo en ese tiempo estimula física y sicológicamente, otros, por el contrario, entienden que ese método disminuye las potencialidades orgánicas y mentales de los futbolistas. ¿Cómo se compaginan deporte y sexo?
En estas fechas los jugadores del Real Jaén, como los de casi todos los clubes, están concentrados preparando la próxima temporada. La pregunta que se repite una y otra vez sobre estas prácticas es ésta: en esos casos ¿sería más beneficioso para su rendimiento personal y profesional que hubiesen ido acompañados de sus esposas o sus novias, en lugar de hacerlo solos?
Asunto muy complejo éste para tratarse de prisa y corriendo por las muchas implicaciones que tiene: sicológicas, fisiológicas, laborales, económicas, familiares o sociológicas. Y también aspectos organizativos, como las concentraciones menores previas a los partidos importantes o las medidas preventivas que algunos clubes toman durante las fiestas locales. Y el debate puede ampliarse indefinidamente si además comparamos esta situación con lo que ocurre en el mundo del trabajo en general cuando los trabajadores son reunidos o concentrados para hacer cursos de perfeccionamiento y donde pasa lo mismo que con los futbolistas.
         Como algunos recordarán, los jugadores de la selección española en Portugal dispusieron, tras el triunfo ante Rusia, de la posibilidad de reunirse con sus esposas o sus novias. Sin embargo apenas unas pocas acudieron a la cita. Por cierto, más novias que esposas, titulaba el diario El País. ¿Nos eliminarían tan pronto por eso?

1 de Agosto de 2004.

101. Los partidos de pretemporada

Partido clásico de pretemporada con el Torredonjimeno CF.
 Memorial “Francisco Ortega”. En esta oportunidad dos
 de sus nietos, Felipe y Francisco, intervienen
 en el saque de honor. (Precisamente Felipe Ortega,
 hijo del homenajeado, es el jefe de los Servicios
 Médicos del Real Jaén)
Foto: Diario Jaén
         Es opinión común que los partidos de fútbol amistosos de pretemporada que los clubes organizan tienen como finalidad última poner en práctica las teorías estratégicas y tácticas que estudian y ensayan en sus horas de preparación los profesionales. Estos encuentros tienen por eso unas normas específicas convencionalmente aceptadas por todos, también por el público. El aprendizaje en la vida funciona siempre por el procedimiento de ensayo y error, y una tarea primordial de estos días es hacer modificaciones y estudiar alternativas para encontrar la mejor solución a los problemas que plantea el sistema de juego. Los aficionados entienden perfectamente el sentido y el alcance de estas actividades deportivas.
         Sin embargo hay otra lectura implícita escondida en estos partidos de pretemporada, otra cara de la moneda que pasa desapercibida pero que tiene una importancia cuando menos interesante a la hora de crear afición y ambiente entre los aficionados. Quienes tienen la posibilidad y el gusto de asistir a estos encuentros pueden apreciar todos los matices de los ensayos pero esos privilegiados no son lógicamente muchos y a la mayoría de la gente sólo le llega un resultado y un juicio global de cada actuación. No debe olvidarse que son espectáculos públicos de los que se hace una crónica en los espacios deportivos de los medios de comunicación.
El entusiasmo casi nunca es producto de un razonamiento frío y calculado sino que explota de pronto, y es obvio que un titular victorioso como: Espléndida pretemporada... o algo por el estilo, caldearía en seguida el ambiente y se extendería por todas partes una nueva fiebre futbolística.
         Racionalmente todo el mundo es consciente de las condiciones en que se juega (que desde luego son iguales para los dos equipos) pero habrá de reconocerse que, si la suerte acompañase en los partidos de estas semanas, el arrebato y la pasión subirían de grados y la venta de abonos también.

9 de Agosto de 2004.

        
102. Sobre el papel

Aunque cualquier asunto humano puede tener muchos puntos de vista y bastantes opiniones diversas, se puede afirmar legítimamente que la actual directiva del Real Jaén ha conseguido formar para la próxima temporada a punto de comenzar un equipo equilibrado en cuanto a la forma y al fondo. Después de dos años de planificación aparentemente desafortunada, en éste ha habido criterio, procedimiento acorde a ese criterio y resultados ajustados a la planificación.
En cuanto al sistema de trabajo, parece que los responsables han pensado y decidido con toda exactitud qué querían y qué creían que interesaba al equipo de acuerdo a los últimos objetivos. Y, además, da la impresión de que los encargados de hacer los fichajes han encontrado eso que precisamente querían.

Los resultados, que en el fondo es lo que verdaderamente interesa, ofrecen de momento buenas perspectivas. En primer lugar porque se mantiene la base firme, y sobre todo eficaz, que es la manera de evitar los saltos al vacío. (Las pequeñas incidencias de final de la liga pasada se resolvieron con sentido común.) Después, a ojos de aficionado, todos los jugadores de la plantilla tienen carné de titulares, lo que ofrece solidez estratégica y táctica. Las cosas se han hecho bien, probablemente lo mejor que se han podido hacer.

16 de Agosto de 2004


103. El efecto Hawthorne

Esta palabra, Hawthorne, que resulta difícil de pronunciar para quien no domine el inglés, es simplemente el nombre de una fábrica situada cerca de la ciudad Chicago en la que se hizo un famoso experimento sicológico al que le ha dado nombre. Las conclusiones vienen a decir, más o menos, que, cuando una persona está siendo evaluada y lo sabe, por ese simple conocimiento mejora los resultados; que la gente aumenta su rendimiento cuando se siente objeto de un atención especial, cuando tiene que afrontar un desafío significativo ante los demás. Entonces es cuando se ponen en tensión las virtualidades principales y cada uno se esfuerza por hacer bien las cosas, por encontrar el camino del éxito. Es en lo que empezamos a estar a partir del próximo domingo. Se han apagado las candilejas de los ensayos y empiezan las evaluaciones semanales en forma de clasificación, justo la situación descrita en el efecto citado. Atrás han quedado las catas y las pruebas. A partir de ahora acertar o no en los experimentos queda sancionado cada domingo.
Pero el efecto Hawthorne, el esfuerzo y la capacidad, no lo explican todo y ahí quedan las pistas de la pretemporada. La moneda tiene otra cara que está en manos del destino y, si las cosas se han hecho bien como parece, lo que falta ahora es que también salgan así y que los dioses sean propicios. Y, para darle un tono poético al principio de la competición, podemos recordar el famoso texto de Goethe cuando dice que toda teoría es gris pero verde el árbol dorado de la vida, lo que traducido a términos futbolísticos querría decir, por lo de verde esperanza e ilusión, entre otras cosas, que muy bien lo de la táctica y la estrategia (¡faltaría más!) pero que ojalá nuestros jugadores pongan siempre el balón donde antes han colocado la mirada; los reventas de entradas consigan el agosto en invierno; y los árbitros, cuando se equivoquen, por supuesto sin querer, lo hagan siempre a nuestro favor, que esa es la suerte de los campeones. Y que al final nos hartemos de comer perdices, que en este tiempo que empieza el mejor de los optimismos se convierte en nuestra obligación mayor y en nuestra única salida.

23 de Agosto de 2004.

Temporada 2004-2005


Así de espectacular quedó la presentación del equipo 
para la temporada 2004-2005    Foto: Diario Jaén
Y Diario JAÉN también quiso tener protagonismo en ese acto
Foto: Diario Jaén
Al fin, el equipo para esa temporada 2004-2005
Foto: Diario Jaén


104. La fábula de la herencia

Había una vez un rey bueno y pobre, que tenía seis dinares y dos hijos, a los que quería por igual y a los que deseaba repartirles su herencia. El rey estaba seguro, por supuesto, de que sus retoños, con los negocios que habían montado, iban a ser opulentos y acaudalados en el futuro y que el escaso patrimonio que él podía legarles sólo les serviría de una pequeña ayuda para empezar. Y decidió repartirlos para que cubriesen los primeros gastos y además quedaran en buen lugar ante sus amigos y conocidos, que por cierto eran también sus colegas y parroquianos. Pero se le planteaban dos malos problemas: el primero era que las leyes que había impuesto un antiguo visir, antepasado suyo y al que no quería contradecir, no permitían legar de una sola vez todas las riquezas que se poseyeran y como máximo sólo se podía donar la mitad de lo que se tuviera, lo que obligaba al rey a repartir en principio entre sus hijos sólo tres dinares. Bien es verdad que a algunos cortesanos no les parecía conveniente esta cautela, pero otros pensaban que esta ancestral costumbre era prudente para que no se dilapidase de golpe toda la fortuna heredada. El segundo problema era derivado del anterior y consistía en que, al partir la herencia, sus caudales, los tres dinares, no eran divisibles por dos y entonces, si les cedía lo mismo a cada hijo, se perdía uno, lo que, naturalmente, le disgustaba.
         Estando en esas cábalas, se le ocurrió convocar a sus dos vástagos para que, acompañados cada uno de sus cofrades y socios, expusieran las razones que cada uno creyera convenientes a su favor y así volcar la balanza en uno u otro sentido, sabiendo de antemano que, a pesar de la escasa cuantía de las herencia, en ningún caso se iban a quedar plenamente satisfechos todos los protagonistas. Pero no había otra solución. Y ayer fue el debate de los hermanos, uno llamado Linares y otro Real Jaén. Al final, el esfuerzo de cada uno de ellos fue lo que originó la última decisión del destino. Y también, al final, a pesar del interés y del esfuerzo de ambos y del ánimo de sus amigos, el rey, o sea el destino, que estaba dispuesto a ser bueno con los dos, como estaba previsto y sólo era posible, no pudo dejarlos contentos a todos.  

30 de Agosto de 2004.              Real Jaén, 0; Linares, 2.