AGOSTO 2006


205. Aprender el himno

Los publicistas hablan y no acaban de la enorme dificultad que tiene su trabajo. Saben que, a la hora de hacer una campaña publicitaria, tienen que tener mucho cuidado con lo que planifican y ejecutan, y también un montón de buena suerte. Cualquier detalle puede dar al traste con su tarea, sobre todo si el mensaje va dirigido a la sensibilidad y menos al pensamiento. Un matiz imprevisto, una frase más o menos acertada o la referencia a algún acontecimiento pueden despertar tanto una inopinada animadversión como una simpatía enorme por el producto que se publicita. En todo caso siempre resulta de interés para el éxito de las campañas fijarse en los propios valores, estimular los afectos y buscar puntos de apoyo afectivos. Y lo que desde luego sería un desacierto es que la entidad patrocinada se comporte con cánones diferentes de lo que dicen sus eslóganes. Valgan estas reflexiones al hilo de la campaña publicitaria del Real Jaén, que afortunadamente está teniendo un resultado razonable y ojalá mejore aún más. Lo que resulta cuando menos curioso, y no es la primera vez que ocurre, es que el club no parece que busque expresamente esos puntos de apoyo afectivos. Y si no hay apasionamiento por medio, es bastante difícil, en este nivel deportivo, encontrar el arrimo masivo de la población. Es imprescindible que la gente se sienta identificada con el equipo y el club. Sin embargo esta virtud apenas se ejercita. Valgan dos ejemplos. No se entiende, y ha ocurrido otros años, que apenas se jueguen partidos de pretemporada en La Victoria cuando el refrán dice que ojos que no ven… No se trata de no salir pero el equilibrio es siempre bueno. Otros clubes lo hacen y no les va mal. El otro ejemplo es el de los jugadores. Ya sabemos que en este tiempo prima la profesionalidad pero ni tanto ni tan calvo: hacen falta unos cuantos jugadores que sientan como suyo el uniforme del Real Jaén y como suya esta tierra. ¿Tan difícil es conseguir un equilibrio, incluso en la organización interna del equipo, entre unos y otros? ¿Tan complicado resulta que unos cuantos jugadores conozcan dónde está la Carrera o qué estilo tiene la Catedral y, por supuesto, el himno del club? ¿No debería estar también, entre los conceptos a aprender, la letra y música del himno de la empresa, del club, de la afición?

7 de Agosto de 2006


206. Pago único

         Al parecer el Real Jaén anda con problemas para fichar un par de delanteros que cierren la plantilla y hagan felices a la afición con sus goles a lo largo de la temporada. No resulta fácil, a lo que se ve, encontrar profesionales de este tenor dentro de lo que se llama el mercado futbolístico y de ahí la lógica preocupación de los responsables. Pero por este motivo no debe desanimarse el club. Ni sus dirigentes llevarse malos ratos: estudios que han desarrollado grandes expertos en este ámbito del saber y de la ciencia sobre el desarrollo técnico de los últimos campeonatos mundiales de Alemania demuestran que lo que prima ahora en el fútbol es el centrocampismo. Hasta el punto, ha escrito Juan Cueto, que éste se ha convertido en pensamiento único, casi en la exclusiva forma de entender el fútbol y todos sus aledaños. Lejos ya del desarrollo futbolístico cualquier forma de ejercerlo que no sea por este sistema. Centrocampismo. Según estas autorizadas opiniones, todos los equipos juegan y se mueven desde una perspectiva de centro y es desde ella desde donde se planifican estrategias y tácticas. Algo lógico por otra parte pues al fin y al cabo esta actividad deportiva forma parte de la sociedad y de las tendencias que los seres humanos conformamos a través del tiempo. Si uno se fija despacio, en el mundo en que vivimos todo, y desde luego la inmensa mayoría, tiende al centro. Desde los partidos políticos, hasta la caída de los graves y, como no podía ser menos, las opiniones de la gente que refleja la campana de Gauss, todo tiene una pendiente, como una cuesta natural, no hacia los extremos sino al centro. ¿Preocupación en el Real Jaén porque no encuentra delanteros?. Pero si lo que tendría que hacer es despedir a todos los jugadores que no sean centrocampistas y formar un equipo de veintidós profesionales de esta demarcación. Hasta los que guarden la portería centrocampistas. Es la forma más firme y segura de guardar el equilibrio que la vida y el fútbol exigen. Así cumpliría las leyes físicas que lo mandan y las sociales que lo sugieren. Todos centrocampistas, veintidós centrocampistas y ya está. ¡Qué gozada! Pensamiento único futbolero, contrapeso y ponderación y medida. Pero si ya hasta la PAC, con el pago único, se ha contagiado de esta modalidad del pensar.

14 de Agosto de 2006.

  
207. Grave falta de respeto

         La verdad es que esta vez los responsables de organizar la pretemporada del Real Jaén no han estado especialmente afortunados. Ello no empaña en absoluto la trayectoria ejemplar de la actual directiva del Real Jaén, simplemente que en esta oportunidad parece que a los encargados de la tarea no les ha acompañado el acierto. Desde aquella liquidación por derribo de la plantilla de la temporada pasada a la última “razón de la sinrazón que a mi razón se hace”, que diría don Quijote, que se produjo en Torredonjimeno, el camino seguido en este período tan decisivo no ha sido ni afortunado ni provechoso. Naturalmente que ha habido aciertos pero en conjunto no se han hecho bien las cosas. No se entiende que no se haya celebrado ningún partido en casa, lo que ha originados dos efectos perversos: uno, el desapego de la sociedad giennense impedida de entusiasmarse con los suyos ante un equipo del que se cantan virtudes máximas pero que, con los resultados que se han obtenido en los partidos jugados, casi nadie ha podido contrastar. El otro efecto pernicioso, al decir de los técnicos, es la falta de adaptación al terreno de juego de La Victoria de unos jugadores que, cuando corran por el campo, apenas reconocerán que están en su casa; tampoco se han facilitado a la gente motivos solemnes para que se incorporen al proyecto con una campaña a la que le falta brío; ni se han resuelto los graves problemas de infraestructuras que aseguraban eran muy importantes para el rendimiento deportivo. Y para colmo el desaguisado de Torredonjimeno. No puede valer una excusa ni una explicación para olvidar el asunto. Ha sido una falta muy grave de respeto a entidades y personas, y ello exige, para el buen nombre del club, una posición pública de la junta directiva. Mal empezaríamos si se trata de tapar lo que puede ser un pésimo precedente. Y un mal síntoma. No hay justificación ni en la planificación absurda de dos partidos consecutivos ni en la carencia de jugadores porque había demasiadas soluciones técnicas a la mano. Por supuesto que el concepto de pretemporada es por definición maliciosamente sutil y gaseoso, y un desafío para la inteligencia, que ha de resolver la grave contradicción que encierra. Pero todo el mundo sabe por experiencia que lo propedéutico es lo que marca el camino, es decir, que el que da primero da dos veces.

21 de agosto de 2006.

Temporada 2006 - 2007

El artista giennense Santi Rodríguez dio lustre y realce
 al acto de presentación      Foto: Diario Jaén

  
208. Parábola del buen estudiante  

         En realidad al fútbol le pasa lo que a los estudiantes. El que es bueno y responsable planifica con mesura y prudencia su tiempo de estudio; proyecta unas bases razonables de estrategia para dominar los conocimientos que precisa para el buen éxito; y organiza una forma de vida acorde a sus necesidades de aprendizaje. El buen estudiante apenas deja resquicio al azar y abomina de la suerte, convencido de que lo valioso es la buena preparación y el dominio de su materia de estudio. Luego, a la hora de la verdad, de rendir cuentas de su trabajo, acude con cierta seguridad persuadido de que, al haber hecho bien sus deberes, el resultado de su esfuerzo tiene que ser casi imperiosamente espléndido. Y algo así ocurre en el fútbol. En los clubes, cuando están bien organizados, cada miembro cumple la faena para la que está y que es la que conoce; se prevén con acierto las responsabilidades que se han de asumir; y se preparan  las tareas propias de cada tiempo. Más tarde, en el momento en que ya se juega uno de manera formal las cosas, lo previsible es que el trabajo bien hecho ofrezca los beneficios deseados. Son muchos los casos en lo que los errores y desaciertos de los equipos hay que achacarlos a resbalones organizativos y a disparates de planificación. Pero, como hemos experimentado tantas veces, en el fútbol como en los estudios y, en general, en toda la vida, esta teoría no es toda la verdad del tejemaneje. Por supuesto que cuantos más temas conozca el estudiante, más posibilidades reales disfruta de conseguir el premio que busca, pero todos conocemos suficientes casos en los que, de acuerdo con la famosa ley de Murphy, las pilas de la calculadora de bolsillo, que han durado todo el curso, se han agotado durante el examen final y para colmo las de recambio estaban defectuosas. Es decir, que el esfuerzo ha sido inútil por el resquicio que siempre lleva el azar, que por definición prescinde caprichosamente de los esfuerzos de los mortales. Pero el caso es que hay muchas modalidades de ventura. El problema filosófico y casi metafísico sin embargo que plantea el hado es la opción que a veces toma de servir a los triunfadores, a los que colma de privilegios y agasajos. Habrá que desear que a la directiva del Real Jaén, que funciona espléndidamente a pesar de los desajustes de la pretemporada, y, en consecuencia, a la afición, le ataque esta variedad de azar.

28 de Agosto de 2006                  Real Jaén, 0; Granada, 0