200. El tío Paco
La verdad es que, aunque los
investigadores no se ponen de acuerdo en cuanto a su procedencia y el momento
histórico en que vivió, todos coinciden en que era alguien que no gustaba de
alharacas vanas y torpes. En realidad lo que al tío Paco le molestaba en
demasía y de lo que había hecho la señal de su existencia es que alguien
pensara que era un manirroto. En cuanto alguien se pasaba de ligero en promesas
y ofrecimientos, allá que el hombre –ahí viene, advertía siempre alguien-
aparecía en seguida para poner sobre la mesa y la discusión las rebajas
correspondientes. Pues a lo que parece el tío Paco (a lo mejor porque de la
misma manera que los Reyes Magos vienen por Enero, él lo hace en Julio) ha
vuelto por estos andurriales y anda cargado con sus rebajas por determinados ambientes
deportivos. Y esto, una vez que ya ha terminado la distracción del Mundial,
está en poniendo en guardia sobre el Real Jaén a más de uno. Ya se sabe que
nadie puede pedir que se ate a los perros con longaniza porque tampoco el
derroche sin ton ni son es una virtud. Pero si de entrada se ofrece casi el oro
y el moro y que ancha es Castilla y que aquí no va a faltar de nada y que en
cinco años en primera división, y luego, cuando hay que hacer los primeros
gastos, empiezan los melindres, y alguna tardanza no necesariamente
justificada, sólo es útil si aceptamos el dicho gitano sobre los comienzos. A
este respecto puede uno recordar el famoso cuento de Augusto Monterroso, que ha
pasado a la historia entre otros motivos porque es la narración con contenido
más corto que jamás se ha escrito: cuando despertó, el dinosaurio todavía
estaba allí. O sea, que empieza a parecer que estamos donde siempre. Al tío
Paco le gustaba contar la vieja treta que los gobernantes chinos usan para su
utilidad política. El intríngulis consiste en que, siempre que tienen previsto
hacer alguna obra de interés público, la anuncian diciendo que va a costar el
doble de lo que en realidad han presupuestado y alargan en dos o tres años la
fecha de la finalización. De esa manera, cuando al final todo resulta muy
mejorado sobre lo que se esperaba, la gente se queda sorprendida de la eficacia
económica y de gestión oficial. (Claro que a lo mejor con las rebajas del tío
Paco, tenemos la suerte de que no tengan que marcharse algunos señalados
jugadores, con contrato en vigor, a los que no se entiende por qué, alguien les
ha indicado la puerta).
3
de Julio de 2006
201.
Felices e inteligentes
A los que dedicamos parte de nuestro
tiempo en escribir en los periódicos o en colaborar en los medios de
comunicación nos resulta más cómodo descubrir errores en los personajes
públicos y criticarlos que lisonjear y enjabonar lo que hacen bien. Parece como
si los seres humanos encontráramos más ventaja en criticar y sentar doctrina
que en alabar las virtudes de los otros. Como si nuestro ingenio se azuzara con
los tropezones y dislates ajenos. Bueno pues ahora, a pesar eso, hay que
enaltecer y encomiar la última actuación que ha llevado a cabo el Real Jaén. Y
hay que elogiarla con gusto por lo que significa, porque manifiesta el
convencimiento de que un club sin seguidores que le jaleen, lo disfruten y
también lo sufran cuando las cosas vienen torcidas, ni es club ni equipo ni
nada que se le parezca. Poner en marcha una espectacular venta de imagen para
que la sociedad giennense se enganche al Real Jaén es una manera inteligente de
trabajar. E implica una forma de entender correctamente lo que se tiene entre
manos. Porque hemos de ser conscientes de que la campaña apenas tiene alcance
económico: los dineros que el club no va a percibir con motivo de la rebaja de
los abonos es sin duda insignificante ante la magnitud del presupuesto
aprobado. Lo importante es la presencia social, la recuperación, aunque sólo
simbólica, del concepto del socio como abonado, que significa una mayor
implicación de todos en un proyecto que así se convierte en común. Seguro que
tendrán claro los dirigentes eso de que los ejemplos mueven, que si se hace una
espléndida campaña pero luego los hechos de cada día desmienten el espíritu que
se oferta, se habrá echado todo al garete. Precisamente estos días se ha
firmado en Jaén un acuerdo de todas las Administraciones para recuperar y
arreglar lo que llamamos los Puentes. Y, si bien es verdad que esta actuación
es altamente apreciable porque beneficiará y mejorará la vida de miles de
jaeneros, lo más significativo ante la imagen pública es el acuerdo en sí
mismo. Dicen que se completará en unos años, cuatro o cinco. A lo mejor los
mismos que el Real Jaén en ascender a la primera División. Entonces, como
comenta el filósofo B. Russell hablando de gloriosas épocas de la historia, a
lo mejor conseguimos ser inteligentes y felices, felices por medio de la
inteligencia.
10
de Julio de 2006
202. Derechos humanos
Al parecer, aun quedan algunos ingenuos
en el fútbol. En estas fechas en las que está abierto lo que se llama, en una
expresión amarga y penosa, el mercado de jugadores, la verdad es que los
futbolistas vienen a los clubes y lo hacen con el lógico entusiasmo de quien
quiere recorrer un nuevo paso en su carrera profesional. Hablan, como es
natural, maravillas del nuevo equipo al que llegan y, en bastantes casos,
confirman, como una prueba de su acierto en el nuevo contrato, que lo han hecho
por dos –o tres- temporadas. ¡Ingenuos! A lo mejor aciertan y ocurre así, pero
seguro que no hay un ámbito laboral como éste del balompié en el que no sólo se
incumplan de manera rutinaria, como quien se come un caramelo, los contratos
firmados por unos y por otros: ¡hasta la forma de hacerlo resulta
espectacularmente asombrosa e increíble! Basta con que un Técnico (así, con
mayúscula) afirme que a su proyecto no le interesa ese jugador y ¡ya está, a la
calle y sin contemplaciones! Es que quiero jugar por las bandas… me he decidido
por el cuadrado mágico… ¡Pero si hasta ahora ha rendido plenamente y, además,
tiene contrato en vigor! Y ¿qué importa? ¡Nada, fuera de aquí! Naturalmente que
a veces puede tener sentido esta práctica en casos excepcionales en los que no
siempre un profesional encaja del todo en un proyecto pero resulta inaudito el
desparpajo y la desenvoltura con que se confeccionan listas de jugadores a los
que se les deja sin más ni más en el paro. ¡A buscarse la vida! ¡Y hasta se les
amenaza sin contemplaciones con la venganza horrible (que podría castigarse
como chantaje) de que, aunque cobren, no formarán parte de la plantilla, se
entrenarán aparte como apestados y sufrirán el baldón de estar señalados como
malditos toda una temporada! ¡Tremendo, escalofriante! Pero más aun si ese Técnico,
que parece es el sabio que proporciona la lista, tampoco cumple su compromiso.
¡Y ni siquiera el que trae al Técnico sigue ya en el invento! Al parecer,
algunos expertos futbolísticos se consideran tan dotados de los dones de la
omnisciencia, la sabiduría y la infalibilidad que olvidan hasta los derechos
humanos más básicos establecidos por la ONU. Resulta casi aborrecible tener que
recordar estas obviedades. ¿Por qué no corren la misma suerte los que firmaron
lo mismo… pero desde la otra parte de la mesa?
17
de Julio de 2006.
203. El discurso del club
Si uno se detiene un poco a reflexionar
sobre lo que se trasluce en la gestión de los actuales responsables del Real
Jaén, puede sorprenderse de que las cosas no están tan claras y definidas como
a primera vista pudiera parecer. Y no es que no se esté haciendo lo que hay que
hacer en estas circunstancias sino que el estilo y la fuerza que debieran
brillar apenas se notan. Por supuesto que, como es natural y todos queremos, al
club le gustaría llenar el campo todos los domingos de partido; que el equipo
estuviera situado, si no en el primero al menos entre los primeros de la tabla;
que hiciera un buen fútbol; y que todos los aficionados estuviesen felices y
contentos. En ese deseo todo el mundo coincide pero una cosa es soñar y otra la
realidad que tenemos delante. Pero no parece ni se nota un espíritu nuevo, no
hay ambiente de revolución, de entusiasmo generalizado. Ya sabemos que, si se
empiezan a ganar los partidos, al calor del éxito, la gente se apuntará en
seguida pero también hay que advertir que para convencer a los escépticos, uno
de los propósitos anunciados y que son lo que no acaban de creerse las cosas y
dudan de casi todo, es necesario poner sobre la mesa argumentos especialmente
poderosos. No se trata de dinero sino de nervio y de empuje. El discurso de la
directiva parece demasiado habitual, con frases convencionales y retórica
burocrática y obligada. Como si dijeran lo que se tiene que decir en esos casos
pero sin que se aprecie el objetivo de quebrar la sociedad giennense,
embarcándola en un proyecto multitudinario y electrizante. Para colmo los
hechos tampoco invitan a un cambio profundo de orientación social. En cuanto a
los jugadores, lo mismo de siempre: un montón de nombres nuevos, lo más seguro
buenos profesionales pero que nadie conoce y que desde luego poco van a
entusiasmar a la afición, al tiempo que se marchan algunos de los que
representaban el espíritu del equipo. Sería profundamente injusto no agradecer
a quienes están invirtiendo su dinero en el Real Jaén, por supuesto buscando
sus intereses como noblemente han reconocido y es totalmente legítimo. Pero una
cosa es esa y otra ignorar que, puestos a analizar las cosas con calma, no está
muy claro qué quiere este grupo empresarial de la sociedad giennense en general
y de la afición en particular.
24
de Julio de 2006
204. Como en Antequera
Desde aquel “si no me fumaba un puro
antes de los partidos, no rendía” a la sofisticación que hoy rodea el fútbol,
han pasado cincuenta años. Rosendo Hernández fue uno de los componentes del
equipo de España en el campeonato de Brasil, año 1950, cuando nuestro país
quedó en el cuarto puesto de la clasificación final, y recuerda ahora algunos
de los ritos casi obligados que seguía para tratar de producir más en el campo
de juego. Lo del puro resulta especialmente significativo cuando el tabaco ha
pasado de considerarse una sustancia que curaba sesenta y tantas enfermedades a
ser casi el pecado más ominoso que un ser humano pueda cometer. Pero afortunadamente
el progreso va imponiendo su ley y hoy se dispone de otros métodos y otros
sistemas más complejos y perfeccionados para conseguir el tono vital adecuado
al rendimiento que se espera de los profesionales. Es el caso, por ejemplo, de
las concentraciones. Ahora cualquier equipo que se precie lleva a sus jugadores
a unos ejercicios espirituales previos al comienzo de la temporada, al objeto
de prepararles el cuerpo y el espíritu para la compleja y difícil competición
que se avecina. Si se han fijado en el horario que regía la que ha efectuado el
Real Jaén, habrán podido observar que no estaba previsto el tiempo libre:
siesta por ejemplo sí pero, al parecer, obligatoria. Y aunque hay quien discute
los beneficios de esta actividad, sí que parece interesante por lo menos para
alcanzar la compenetración del grupo, indispensable para todas las tareas que
habrá que atender a lo largo de la temporada, incluida la necesidad de rebajar
la inevitable tensión cuando se vaya sabiendo quiénes son titulares o fijos, y
quiénes estarán sólo para echar una mano cuando haga falta. Una mayor
identificación entre los profesionales resulta imprescindible para el éxito del
equipo y del club. La otra cara de la moneda es a su vez la armonía entre el
equipo y la sociedad giennense, algo a lo que tendrán que colaborar los
resultados de la pretemporada, como el sábado ocurrió afortunadamente en
Antequera. Ya sabemos que estos partidos tienen un carácter propedéutico pero,
de ir bien las cosas y obtener determinados éxitos, pueden acabar entusiasmando
a la afición y abrir notables expectativas en los indecisos. Lo que sería muy
grato para todos.