DICIEMBRE 2006


222. Tres poemas

         Dos versos para un único poema podría ser un titular que resumiera con bastante precisión el desarrollo de los sentimientos y las emociones de los seguidores del Real Jaén que ayer presenciaron el partido jugado en tierra murciana. Dos estrofas, desde luego de colorido muy diferente, incluso contradictorio, dando forma a una sola poesía que cante y cuente lo que ocurrió ante el Águilas. Pero, superado el berrinche que llegó como una traición de espaldas, cabe sensatamente una tercera rima, algo así como una coda de esperanza. A pesar del malhumor y la sensación de qué es lo que ha pasado que se nos quedó, que vino como un demonio de noche en el momento de soltar la alegría, hay que seguir confiando. Porque hacía tiempo que esperábamos, casi con el libro en la mano, el momento y la ocasión de disfrutar de un período de partidos con una oda triunfal, al estilo de Rubén Darío con aquello de ya llega el cortejo, ya llega el cortejo, ya se oyen los claros clarines. Y ayer parecía la ocasión de sentirse a gusto con lo que está haciendo el equipo, cuando hace unas semanas de pronto se levantó casi desde sus cenizas y empezó vibrar como hacía tiempo que no lo había hecho. Bien es verdad que en Águilas apenas hilvanó peligro y sus valentías no parecían tales pero no importaba demasiado según nos acercábamos hacia el final. Porque a fin de cuentas ayer esperábamos estar en la gloria y casi tocamos las alturas. Por eso, cuando nos vimos obligados a guardar en la biblioteca el libro del autor nicaragüense precisamente en el momento en que ya estábamos afinando las gaitas y los tambores, alguien tuvo que recordar aquellos versos de Antonio Machado, “El que espera, desespera, / dice la voz popular. / ¡Qué verdad tan verdadera! / La verdad es lo que es, / y sigue siendo verdad / aunque se piense al revés.” Hasta el locutor se quedó sin habla. Son las ventajas y desventajas de vivir el fútbol como una exaltación, una hazaña y una epopeya. Si no fuera así, todo sería rutina, rutina y rutina. Pero queda la esperanza y el disfrute de estar en el buen camino, que al fin y al cabo no vale arrinconarse en una oportunidad que parece estar abierta. Y así por terminar con versos, alguien recuerda aquello de Alberti: “Yo sé que tiene alas. / Que por las noches sueña / en voz alta la brisa / de plata de sus ruedas”. Alguna vez había que hacer poesía con el fútbol que para eso es emoción y sentimiento.

4 de Diciembre de 2006              Águilas, 1; Real Jaén, 1


223. Dos miradas

El frío y, sobre todo, la soledad han aparecido 
en algunas ocasiones en La Victoria
Foto: Diario Jaén
         Los aficionados del Real Jaén llevamos mucho tiempo, quizá demasiado, sin estar en exceso pendientes de la clasificación del equipo. No desde luego porque no nos interese (que indudablemente es mucho y además el puesto que se ocupe en ella es como el termómetro que señala el estado de salud del equipo) sino porque a fin de cuentas, salvo en algunos períodos cortos, en los últimos años el equipo siempre ha rondado más o menos por la mitad de la clasificación. Y en esas circunstancias qué más da un puesto arriba o abajo. Algún momento ha habido en el que estábamos excesivamente abajo, muy cerca del descenso pero, a fuer de sinceros, pocos seguidores han temido en serio que se produjese ese triste acontecimiento, que el Real Jaén bajase a  la Tercera División. Para nuestra desgracia deportiva lo último que ha venido haciendo el Real Jaén ha pecado de trivial y ramplón. Una vivencia que nos ha hecho mucho daño como colectivo, ha rebajado la alegría de los espíritus y ha impedido que un entusiasmo generalizado aumentase el número de seguidores fieles y adictos. Porque para un equipo como el nuestro, con su potencial económico, social y representativo, en esto de las competiciones el intríngulis está en que o nos codeamos con los mejores o caemos en la medianía aburrida y sin horizontes; que atendemos al grupo de los principales, de los egregios del grupo, o nos perdemos en lo prosaico, lo insustancial y lo ramplón. La gran noticia es que en este momento de la competición liguera parece que soplan aires nuevos ilusionantes ya olvidados y, casi por primera vez porque apenas nos acordamos de las anteriores y nos encontramos como con zapatos nuevos, el equipo está arrancando a caminar con los listos de la clase. Vamos, que ya hay que empezar a ver la clasificación pero observándola desde arriba. Lo que no podemos olvidar, precisamente en estos momentos en los que el horizonte está despejado, es que para estar entre los buenos hay que tener lo que se llama familiarmente clase, hay que ejercer de elegante, noble y distinguido, de dominador y preponderante. Pero con partidos como el de ayer podemos dar el tropezón en cualquier momento y luego será el lamentarse otra vez. No olvidemos que de cualquier asunto siempre hay dos versiones: una heavy (fuerte) y otra light (más ligera o blanda). Y si no se ejerce de peso pesado, a uno se lo puede llevar el viento.

11 de Diciembre de 2006           Real Jaén, 1; Alcalá de Guadaíra, 0
  

224. La balanza

¡Hay que ver cómo se complican las cosas, además cuando menos se espera y por donde todo parecía estar resuelto! Precisamente en el momento en que han comenzado a arreglarse los desaguisados deportivos, en el horizonte y como de la nada ha surgido una amenaza, y la cuerda avisa de que puede romperse por el otro costado. Justo ahora que a la vista no sólo de los resultados de los últimos partidos del Real Jaén, en especial los jugados en La Victoria (y no digamos nada del extraordinario de ayer en Almendralejo), sino también de la forma en que éstos se vienen produciendo, con buen juego, una cierta facilidad táctica y hasta un hondo toque de emoción, problemas económicos inesperados empiezan a arrojar dudas y tormentas sobre el club. Y no se trata ya únicamente de las consabidas carencias de infraestructuras, que no acaban de solucionarse, sino algo aun peor: desde finales de Septiembre los profesionales no han cobrados sus salarios. Bien es verdad que el aprieto ya apareció cuando el Presidente hubo de echar una mano para evitar peligros gravísimos pero han llegado los primeros días de diciembre, que era la fecha prevista para su resolución, y la cosa no se ha remediado. Por cierto que esa circunstancia propició que ayer jugaran dos equipos hermanados en el mismo disgusto y padecimiento: hace un par de semanas apareció publicado un manifiesto de los jugadores del Extremadura lamentando estar sin cobrar "desde agosto, incluyendo meses, plazos de fichas y retrasos de temporadas anteriores". Y aunque, por las informaciones que de que se dispone, no parece que en su origen sean idénticos los casos de ambas entidades, sí que lo son en sus consecuencias. ¡Ya es mala sombra que los seguidores no acabemos de gozar de nuestra afición! Equilibrada la balanza por una parte, la deportiva, ahora se quiebra por la otra, la económica. ¡Qué le vamos a hacer! Habremos de pasar de un sentimiento a otro, de la tristeza por los resultados deportivos al de la solidaridad con los profesionales. Pero mirando con optimismo el futuro. ¡Cómo vamos a tirar la toalla después de ayer! Desde la más remota antigüedad tenían los sabios griegos un proverbio que decía que hasta la muerte no se puede llegar a conocer si las cosas van a resultar buenas o malas, o sea que hasta el final no podemos abandonarnos al desaliento. Seguro que hay quien salvaguarde el remedio. 

18 de Diciembre de 2006               Extremadura, 1; Real Jaén, 3