FEBRERO 2005


127. Las leyes de la naturaleza

Las leyes de la naturaleza ofrecen, entre otras ventajas, la garantía de poder acertar cuando uno hace determinadas predicciones y vaticinios sobre lo que va a ocurrir. La seguridad y el rigor de lo que dicen permiten apostar sobre seguro a la hora de aventurar previsiones y pronósticos, aunque siempre amenazan con estar presente lo irracional y lo imprevisible. Y esto es lo que aleteaba en la esperanza de cada seguidor del equipo, esa era la ilusión que guardaban bastantes aficionados al Real Jaén a la espera del partido de ayer en Sevilla. La situación de ambos equipos daba ventaja casi segura con suficiente claridad al de la capital de Andalucía. Los hechos son incontestables y sólo bastaba con mirar la tabla de clasificación y los datos que en ella se contienen. Por eso lo lógico y lo esperado era que se produjera un escenario similar a cómo estaban las cosas al final del primer tiempo del partido. Pero los milagros a veces son posibles y, además, se producen. Los milagros son excepciones a las leyes generales de la naturaleza que, por diferentes motivos que vaya usted a saber, a veces facilitan comportamientos diferentes de los esperados.
         Alegría y alta satisfacción por todos. Por los profesionales, por los aficionados y, especialmente, por los directivos tanto en la vertiente personal (que al fin y al cabo se llevan los disgustos mayores) cuanto por el beneficio que noticias como ésta pueden producir a la imagen y garantía del club. Con el triunfo de ayer en Sevilla no es que se hayan descubierto las Américas. Precisamente lo que habrá que averiguar en las próximas semanas es si fue un milagro, una excepción de la naturaleza o si, por el contrario, es verdad que de una vez por todas se va a poder demostrar eso que tantas veces decimos, nos dicen, piensan, pensamos y queremos creer: que este equipo es muy superior a lo que parece, que lo que pasa es que las apariencias engañan y que lo de ayer es un falso prodigio. Y podemos comprobar que todo esto es verdad.
         Por último, el saludo y el reconocimiento a Pedro Pablo Braojos en su vuelta a nuestras tierras, donde tan buen recuerdo dejó.

7 de Febrero de 2005.                   Sevilla B, 1; Real Jaén, 2.


128. Es el momento

Pues de pronto la estadística, o la contabilidad que a estos efectos es lo mismo, de este año nuevo, casi como quien no quiere la cosa y sin apenas darnos cuenta, nos había mostrado un giro de 180º en los resultados del Real Jaén, tan sorprendente, visto lo visto, que casi no nos lo podíamos creer. Las cuentas eran determinantes: dejando a un lado la incidencia del partido con el Talavera, que a fin de cuentas era de otra época, 10 puntos de 15 máximos posibles era una conquista suficientemente significativa, sobre todo después de los tiempos de tristeza que hemos pasado, a la que había que añadir el aliño perfumado del triunfo en Sevilla. Y con estas cuentas en el ánimo y en la ilusión íbamos ayer a La Victoria a ver al equipo jugar con el Extremadura. Naturalmente que no quedaban arrinconados de ninguna manera los problemas económicos que zarandean toda la vida del club pero, centrados en lo deportivo (que por eso era hora de epopeyas futbolísticas), con confianza y la sonrisa en la boca. Bien es verdad que siempre está el pesimista y, sobre todo, el timorato que se temía aquello de corrida de expectación, corrida de decepción, con lo que los taurinos explican o justifican malas actuaciones en tardes que se prevén triunfales. Que a veces la fortuna, como decían los clásicos, tiende a jugar con los fuertes para probar su fortaleza. El clima general era prudente, con altas dosis de esperanza en que de momento al menos hubiera pasado el período de las vacas flacas. Incluso había empezado a moverse el ambiente y se notaba que acudía más gente y ésta más animada.
         El desarrollo y resultado deportivo no pudieron ser mejores y los balances han subido de calidad y de cantidad considerablemente. Por supuesto que por su propia definición nadie sabe lo que va a escribir el futuro, y seguramente traerá más de un mal rato, pero es el momento preciso y adecuado para relanzar al club y al equipo. Ahora o nunca, hay que buscar un espacio social y político con mayor peso que derive en un poder más fuerte. Solo una alta credibilidad económica es la forma de resolver los graves problemas financieros.

14 de Febrero de 2005.                  Real Jaén, 1; Extremadura, 0


129. La prosa de la vida

Como se sabe, los profesionales del Real Jaén tienen pendientes de cobro dos nóminas. Y también es conocido que la directiva está haciendo todas las gestiones posibles para resolver el grave problema pero desde el convencimiento de que en ningún caso debe dilapidarse el futuro patrimonio del club para arreglar esta situación actual porque eso significaría pan para hoy y hambre para mañana. Los directivos, por supuestas razones de prudencia, no han hecho públicas las gestiones que realizan y el posible éxito que ofrecen, una discreción que es el signo más visible de la soledad en que se encuentran y lo difícil que resulta ser responsable de algo cuando vienen malos tiempos y pintan bastos para ese algo. Al final están solos con la dificultad y son ellos los que cargan con la desazón y la obligatoriedad de encontrar un camino de salida. Los aficionados son desde luego un incentivo estimulante pero su capacidad de ayuda económica en cuanto tal es bastante escasa; siendo los más numerosos, los que arrastran consigo las alegrías o las decepciones, los más interesados en que la vida deportiva siga caminos de gloria, no pueden resolver los problemas económicos del club. Tampoco, a lo que parece (que, como es lógico, apenas hay información de lo que de verdad está pasando) lo está haciendo la gente de posibles, los que pueden echar una mano casi sin que se note en su bolsillo. Y, sobre todo, los amos del dinero, los que manejan los ahorros de los demás: da la impresión de que quieren demasiadas seguridades.
La verdad es que por más que se diga que el fútbol es un sentimiento, un éxtasis y otras descripciones por el estilo, nunca podemos olvidarnos de que siempre tiene que haber alguien que encienda la luz o cierre la puerta a la hora de irse. Detrás de cada momento más o menos apasionante, alguien ha de preparar la tela para la bandera y después coserla. Para subsistir y expresarse, los sentimientos al fin y al cabo necesitan una infraestructura, una tramoya. Es que, como dice la desencantada protagonista de la zarzuela “Agua, azucarillo y aguardiente”, qué horrible es la prosa de la vida.

21 de Febrero de 2005.                   Jerez de los Caballeros, 3; Real Jaén, 3.

        
130. Nuevos tiempos

“El ambiente para el partido era extraordinario”,
 lo que no implica renunciar al negocio 
(incluso siendo de otro equipo).
Foto: Diario Jaén
Si las cosas que se escriben sobre el fútbol tienen escasa consistencia y se las lleva el viento a la semana siguiente en cuanto el equipo consigue un triunfo no previsto o cae derrotado por quien es considerado de menor nivel técnico, no digamos lo poco seguros que pueden resultar los comentarios antes de un partido. En estas condiciones resulta casi un milagro, o una paradoja de esas insolubles, acertar en lo que es prudente decir. La dificultad naturalmente está en poder averiguar con qué estado de ánimo saldremos esta tarde de La Victoria cuando haya terminado el partido, que seguro irá de acuerdo al resultado que nos llevemos para casa. A pesar de ello hablar de un partido antes de que se celebre tiene una ventaja muy notable porque permite contribuir a crear un buen ambiente y eso es algo que siempre se agradece e incluso provoca beneficios deportivos. Para eso basta con echar mano de un sencillo procedimiento del lenguaje que los expertos han descrito muy bien: se trata de que las palabras y lo que se dice, además de referir más o menos lo que pasa en la calle, influyan en la gente que escucha esa información. Aunque el nombre de este fenómeno social y lingüístico es lo de menos (lenguaje performativo), éste consiste en relatar la realidad de manera que, al tiempo que la describe, la está estimulando y creando. Cuando un locutor de radio declara que hay mucha pasión para algún acontecimiento, por ejemplo, deportivo, al contárnoslo, nos está empujando a ir con emoción y gusto. Correr la voz asegurando que algo está de moda, es la mejor manera de que acabe siendo así.
Bueno, pues ya lo sabemos: el ambiente para el partido de esta tarde es extraordinario. Por primera vez desde hace años la gente empieza a vibrar con el Real Jaén; cada vez son más los aficionados que acuden al campo; el equipo mejora por días, con más técnica y más ánimo; estamos escalando puestos en la clasificación; y hasta la última sentencia judicial aclara el panorama económico del club. Y lo fácil que resulta escribir estas líneas es que todo esto es verdad, que se palpa y se siente que ha empezado un nuevo tiempo, de triunfos –deportivos y económicos-, para el Real Jaén.

28 de febrero de 2005.                     Real Jaén, 3. Marbella, 0.