MAYO 2007


242. Orgullo Lagarto

Las peñas del Real Jaén, también en los malos momentos, acompañan
 al equipo tanto en La Victoria como en los desplazamientos.
Foto: Diario Jaén
        El escaso número de seguidores del Real Jaén que ayer acudió al partido en Alcalá de Guadaíra buscaba sobre todo la respuesta a una pregunta sicológica. No es que no estuvieran interesados en el resultado favorable, que ganar siempre gusta y apetece, y, además, aun no ha conseguido el equipo de manera terminante la clasificación para la Copa del Rey. Desde luego que viajaron con la esperanza de volver con una victoria en el bolsillo pero en el fondo les atenazaba la duda que ha estado viva en los ambientes futbolísticos de la ciudad estos últimos días: ¿habrá superado el equipo –técnicos y jugadores- el abatimiento y la postración que les ha dominado en las últimas jornadas, el hundimiento moral de que ha estado aquejado precisamente en los momentos decisivos de la competición? ¿Estarán recuperados de esa ansiedad perniciosa que les ha podido en la gestión de sus sentimientos profesionales? No era una cuestión baladí sino muy trascendente y principal. Mirando al futuro, tanto del equipo como de la afición, sería una desgracia añadida terminar de mala manera el campeonato, sin signos de esperanza para la temporada venidera. Resulta imprescindible para la buena marcha de los negocios futbolísticos que, al menos, quede la impresión de que se escapó la liguilla por los pelos, por un quítame allá esas pajas, y no por una catástrofe descomunal. Bueno, pues como aparece en la crónica, la gente volvió contenta, muy a gusto. Y, como no es momento de ponerle reparos al triunfo, que los hubo, apliquemos una terapia de la complacencia del momento, disfrutemos de lo que tenemos. El escaso número de seguidores del Real Jaén en la ciudad sevillana, en el que es justo recordar algunos incondicionales ausentes y que regresó feliz, estaba integrado por una veintena de personas: la representación institucional del club encabezada por el presidente Carlos Sánchez, algún aficionado espontáneo, un grupito de cuatro o cinco miembros de la Peña de las Batallas y una docena de colegas de Orgullo Lagarto, que se hicieron sentir bien todo el partido. Valga por esta vez una precisa relación como homenaje testimonial a todos aquellos que a lo largo de los meses han acompañado al equipo en sus desplazamientos. Porque éste de ayer era prácticamente el último de esta temporada. ¿O acaso alguien piensa viajar a Ceuta dentro de quince días?

7 de Mayo de 2007                  Alcalá de Guadaíra, 0; Real Jaén, 3


243. Nueva palabra

         No acaban de ponerse de acuerdo los expertos en dónde y como surgió el lenguaje en los humanos. Se desconocen muchas circunstancias de cómo llegaron a hablar, primero, nuestros antepasados y luego nosotros. Sin embargo otra cosa es la apreciación sobre las consecuencias de esta extraordinaria cualidad. Porque en esto sí que hay acuerdo unánime: todo el mundo reconoce las grandísimas ventajas que proporciona a nuestra especie el dominio del habla, hasta el punto de que gracias a esa capacidad es como los humanos nos hemos hecho los dueños del mundo (aunque a lo mejor no está tan contenta la naturaleza con nosotros, que ese es otro problema). Pero son tan importantes las palabras que en muchas ocasiones acaban siendo la mejor y más eficaz forma de cambiar la realidad. Busquemos, o mejor inventemos, un vocablo y hemos resuelto un problema, las cosas empezarán a cambiar. Pues en asuntos de lenguaje está ocupado, al parecer, el Real Jaén. Toda esta larga introducción está justificada en que el club anda metido en desarrollar juegos lingüísticos. Parece que el club está pensando ya más en el futuro que en el presente (que por cierto, después del partido de ayer, es bastante lastimoso y algún pesimista piensa que el equipo está haciendo un muy grave daño al interés público y social). Pero volviendo a lo del futuro, los responsables del Real Jaén en esa situación ha llegado incluso a inventar una palabra que ya quisiéramos haber conseguido muchos de los que nos jactamos de ser giennenses, jiennenses y jaeneros de toda la vida. Pasa uno la vida tratando de demostrar amor por la tierra y ahora, felizmente, se encuentra con un vocablo que representa todo el sentido de la patria chica y que, por eso mismo, puede ser muy importante a partir de ahora dentro de nuestros ambientes sociales más profundos. “Jaenizar” el equipo es lo que han propuesto los directivos de nuestra primera entidad futbolista. Y está muy bien. Desde luego que desconocemos el alcance futbolístico y deportivo que tiene el término propuesto ni qué significará esa palabra a la hora de confeccionar el equipo de la próxima temporada. Ya lo veremos. Pero desde luego que ha habido acierto pleno en inventar la palabra -que no sabemos si será asumida por alguna candidatura para las próximas elecciones-. Pero un éxito así justifica toda una vida. Y todo esto va en serio.

14 de Mayo de 2007             Real Jaén, 1; Extremadura, 1


244. Amanecerá y medraremos

         Para el Real Jaén, y en gran medida para el Linares, la liga acabó ayer domingo. Bueno, ya sabemos que aun queda un lance para la finalización del campeonato liguero 2006-2007 y que, como dicen los castizos, hasta el rabo todo es toro. Pero, aún así, ya sólo resta echar la llave y que el último apague la luz. En el caso de los linarenses, los resultados de la próxima y última jornada pueden modificar su posición definitiva y entrar en el sorteo de la liguilla de ascenso en una u otra papeleta, pero esa formalidad es únicamente una circunstancia accidental o menor: lo terminante es la opción de asistir a ese acontecimiento deportivo. Por su parte el Real Jaén, salvo el dato obligado para la estadística, ya no puede alterar ni variar los resultados finales de su participación en este campeonato. Pero ni falta que va a hacer. El equipo va a gestionar otros menesteres y se va a conducir por una senda diferente de la habitual y clásica: se trata de subir a la élite del fútbol por una vía más posibilista y asequible, por el sistema de copa. Es como si hubiéramos estado predestinados para esta competición, después de los éxitos, no demasiado lejanos que sin duda muchos aficionados aun recuerdan y que ya los expertos nos pondrán sobre la mesa estos días. Cuenta Luís Pancorbo, en un libro de anécdotas, una muy famosa referida a un viaje de Carlos V a Roma. Narra que cuando el rey y emperador visitó el panteón el 8 de abril de 1535, quiso también ver la cúpula por fuera. Cuando se asomó, el barón Crescenzi, uno de su séquito, tuvo la tentación de empujarle y se dice que, al confesar el noble el pecado, el cura le contestó: "estas cosas no se dicen, se hacen"... Verdad o no, que esto es lo de menos, lo importante es que el equipo, para disimular sus intenciones, está decidido a hacer, y no decir, el gran interés que tiene en llegar muy arriba en la Copa. Con prudencia, como quien no quiere la cosa, ¿quién nos va a negar la posibilidad de triunfar en ella? ¿No se asegura –hasta lo dicen las crónicas del partido del sábado- que hay jugadores con mucha calidad? Pues a demostrarlo en ella y a abrir nuevos horizontes de éxitos deportivos. Que “mañana será otro día”, que decía el tuerto que salió a coger espárragos por la noche pero no los veía, y que el Quijote corrige con “amanecerá Dios y medraremos”. Bueno, ¿y por qué no soñar? Además ¿no es verdad eso de que no hay mal que por bien no venga?

21 de Mayo de 2007                  Ceuta, 1; Real Jaén, 1


245. El entrenador

         En las tareas colectivas, cuando un trabajo se hace en grupo, es prácticamente imposible determinar las responsabilidades personales. Los éxitos son de todos, e igualmente los fracasos. Por supuesto que con misiones y cometidos distintos, pero del resultado último de las competiciones son garantes todos, los que juegan y los que dirigen. Por eso no se entiende bien la tendencia de los entrenadores a ver desde fuera lo que realizan los jugadores. Es verdad que antiguamente, como dice Eduardo Galeano, “nadie les prestaba mayor atención” mientras que ahora es todo lo contrario. Pero lógicamente su trabajo forma parte conjunta del balance final del club y del equipo: todos están en el mismo barco. Vinyals se marcha del Real Jaén (y sinceramente le deseamos lo mejor). ¿Triunfó en nuestra tierra? En cuanto a la impresión desde fuera, hay que reconocerle gustosamente su seriedad, profesionalidad y otras muchas virtudes de que ha dado suficientes muestras. Pero ¿qué significa el sexto puesto en la clasificación? ¿Suficiente o insuficiente?  Desde luego que valen las dos respuestas: si nos atenemos a los objetivos propuestos, y, a su vez, a la dificultad inherente de alcanzarlos. Que cada uno juzgue como considere. Pero, en un análisis de primera impresión, parece claro que el gran problema deportivo ha sido no creerse el equipo que era uno de los de arriba: ha dado una imagen de notoria y ostensible inestabilidad emocional; de expresarse pocas veces como dominador y casi siempre como dominado. Salvo en algunos momentos de la competición, por fas o nefas, por unas cosas o por otras, al grupo de técnicos y profesionales les ha faltado aplomo, carácter y fortalecimiento de equipo grande. ¿Se ha jugado tanto a la defensiva por falta de confianza en ellos mismos? Valdano asegura que “el entrenador, que es un tipo que lucha por sobrevivir, se ha hecho conservador”. Vinyals no estuvo muy acertado cuando reconoció la incapacidad del “equipo”, de los jugadores, de asumir más responsabilidades. El también era el “equipo” y su tarea más importante estaba precisamente en superar ese escollo. El ejemplo simbólico que quedará de este año fue lo que ocurrió al quedarse diez jugadores ante el Sevilla Atlético: el desfallecimiento sicológico de esa tarde, que les llevó a encerrarse en su área de manera ofuscada (así lo pareció), fue un adeudo de todos.

28 de Mayo de 2007                                Real Jaén, 2; Cerro Reyes, 1