OCTUBRE 2003


57. Se ha equivocado demasiado

No ha tenido la suerte de cara el hasta ahora presidente y mandatario absoluto del Real Jaén y tampoco ha sabido acertar nunca en sus decisiones importantes, por más que desembarcara en nuestra ciudad rodeado de sabios y circunspectos asesores. El señor Gil Vázquez tuvo su primera y decisiva equivocación cuando aceptó la oferta engañosa del Ayuntamiento porque ni las leyes ni los procedimientos políticos ni los intereses mercantiles podían permitir las contrapartidas que se le ofrecían. A partir de ahí todo fue un continuo traspiés y acumulación de resbalones que acabaron en sus tres graves y definitivos desaciertos. El primero fue no entender en absoluto toda la vida colectiva llena de recuerdos, emociones e identidades que hay detrás de un club de fútbol, lo que llevó a armar un equipo en el que la gente no se sentía representada. El segundo error pareció siempre incomprensible en un empresario: invertir a medias, lo que es lo mismo que tirar el dinero porque no origina ninguna rentabilidad. El presidente pudo haber dirigido un club con posibilidades de ascenso que le hubiera supuesto un triunfo social cuyas consecuencias hubiesen sido muy beneficiosas, incluso en el ámbito comercial. El tercero fue no darse cuenta de que el trato y la deferencia son valores que al final todo el mundo agradece: el no aparecer por el campo, desinteresarse de las menudencias cotidianas o el trato distante con los profesionales nunca ha llevado al éxito. Ahora se va, parece que incluso con malos modos. A ver qué hace el Ayuntamiento que fue quien le trajo.

6 de Octubre de 2003.                     Real Jaén, 1. Universidad de Las Palmas, 0.


 58. Evaristo López Saavedra

Podemos simbolizar la situación agónica y angustiosa por la que pasa el Real Jaén. Sobre todo porque, al parecer, es una ocasión de esas que cabe llamar agridulces, en este caso dramáticamente agridulces. Utilizando la vieja imagen de la desaparición de lo antiguo y el amanecer de lo nuevo, el club está agarrándose a una salida no ya más o menos imprescindible para sobrevivir sino a punto de alumbrar lo que en principio puede llamarse pleno al catorce o póquer de ases. Porque, de confirmarse toda la historia que cuentan, el panorama no puede ser en principio más esperanzador. Un grupo de los nuestros dispuesto a dirigir al club no parece sino un sueño. Y es en este contexto en el que uno percibe que se está jugando, nunca mejor dicho, algo más que una triste continuidad. Por eso una circunstancia como ésta empuja a recordar a personas, en verdad protagonistas, que han compartido y comparten historia con el club y los sentimientos que genera. Un ejemplo de ello es don Evaristo López Saavedra, socio del Real Jaén desde el año 1940 cuando sólo tenía siete años, y que aun guarda orgulloso y feliz el carné del año 1956, uno de la primera división. Personas y personajes como el, y algunos otros con su mismo historial, justifican y explican el buen humor que empieza a soñar en la boca de los seguidores y en la esperanza de los profesionales que ahora en verdad esperan cobrar sus salarios, la sal de su trabajo.

13 de Octubre de 2003                     Lanzarote, 3, Real Jaén, 0.


59. Y las perdices se escaparon

En reunión celebrada en el Ayuntamiento,
 Manuel Gil Vázquez traspasó, por un precio simbólico, 
las acciones al ya nuevo presidente, Carlos Sánchez López.
 (En la fotografía entregando el trofeo del Olivo,
 junto al vicepresidente de la Diputación Provincial,
 Moisés Muñoz Pascual)
Foto: Diario Jaén
No acabamos de tener la fiesta completa. Aunque pocos, por vaya usted a saber qué extrañas razones y cuando las circunstancias parecían empujar a que hubiese más público, los aficionados que acudieron el viernes al campo buscaban con esperanza y extraordinario ánimo toparse con dos imágenes para la historia del Real Jaén. Una, en el palco como confirmación pública de que el club había vuelto a su lugar natural, a su sitio, y que ya teníamos un presidente como debe ser que, además de otras condiciones básicas y primarias como pagar a los profesionales, va a compartir los sentimientos colectivos al hilo de lo que nos depare la fortuna. La otra era la de un marcador y un resultado que permitiera olvidar los últimos disgustos y desastres deportivos. A un optimista de los que siempre hay por ahí se le ocurrió la imagen de la pareja que empieza, de lo que pretende ser firme pero únicamente es el comienzo de un camino. La parte del club, dijo cuando se oyeron aplausos que festejaban la llegada del nuevo presidente, ya está resuelta. Ahora falta la otra, la del equipo, que tiene hoy que confirmar que todo lo anterior sólo ha sido un mal sueño, como un sonido roto de un instrumento desafinado y que el propósito que confeccionó el equipo se hizo bien. Y a ver si cada uno empezamos a cumplir nuestra tarea y de esta forma acabamos, como en las fiestas, siendo felices y comiendo perdices. Pero no pudo ser una jornada feliz del todo. De momento el viernes las perdices que nos íbamos a comer salieron volando.

20 de Octubre de 2003.                       Real Jaén, 0; Badajoz, 2


60. La gallina y el huevo

Lo de la discusión de qué es antes si la gallina o el huevo sirve perfectamente para aplicarlo al desenvolvimiento del fútbol y en general a casi todo el deporte de competición. Porque si se quiere organizar un club que tenga éxitos de resultados y un buen hacer deportivo, lo lógico es preguntarse, a la hora de la planificación, por dónde hay que empezar, qué es el tejado y cuáles son los cimientos del edificio que se quiere construir, no sea que un error inicial de apreciación impida alcanzar los triunfos esperados y deseados. Y aquí viene el dilema, que encaja al dedillo a las circunstancias por las que pasa el Real Jaén en estos momentos ya que, por lo que ha declarado el nuevo presidente, entiende la directiva, y entiende muy bien, el club necesita dos cosas en verdad imprescindibles: unas estructuras organizativas sólidas y el apoyo de la gente, de la afición, porque si falta alguna de ellas se cae la casa por falta de base. El problema no obstante está en la otra cara de la moneda y es lo que todo el mundo sabe por experiencia: si el equipo no funciona, no gana partidos o se pierde en los últimos puestos de la clasificación, ¿se animará la gente a acudir al campo, a hacerse socio o únicamente seguirán los incondicionales? De momento sin embargo un penalti de última hora, triple porque hubo de lanzarse tres veces, ha venido a resolver, aunque sea provisionalmente, la cuestión porque por ahora tenemos gallina y huevo. Es lo menos que merece la directiva que nos ha lanzado el reto a todos nosotros.

27 de Octubre de 2003.                       Mérida, 0; Real Jaén, 1.