52.
El pintor de Úbeda
Presentación del equipo para la temporada 2003-2004.
Foto: Diario Jaén |
1 de Septiembre de 2003. Real Jaén, 1, Villanovense, 1.
53.
El fútbol es emoción.
Aunque sea por aquello de
que a nadie le amarga un dulce y son mejores las rosas que los llantos, a la
gente en general y sobre todo a los aficionados y seguidores del Real Jaén nos
ha parecido de perlas el propósito decidido del club y del equipo de conseguir
en la clasificación final un puesto de los que permiten jugar la liguilla de
ascenso. Incluso esta misma palabra –ascenso- se ha pronunciado como objetivo
en más de una ocasión, lo que está muy bien y al gusto y satisfacción colectiva
porque este tipo de pretensiones anima al personal y le hace a uno estar como
más contento: al fin y al cabo aunque algunos tratadistas de asuntos humanos
hablan de la prudencia y de que no es bueno comenzar con demasiada expectación,
como dice Baltasar Gracián en un libro que se llama precisamente el arte de la
prudencia, otros defienden lo beneficioso que es proponerse tareas que nos
lleven a las cumbres más altas. Dicen que esa es una estrategia inteligente y
operativa y, como en el caso que llaman de la profecía que se autorrealiza, un
camino razonable para el triunfo final, es decir, que el hecho mismo de tratar
de conseguir el máximo triunfo ya es un primer paso seguro para alcanzarlo. De
todas maneras, desde ayer, lo razonable es confiar en que el traspié de los dos
primeros partidos fue un accidente, dejarnos de discusiones teóricas sobre el
último objetivo de la temporada, dedicarnos a disfrutar de los puntos
conseguidos, y a partir de hoy desearle lo mismo al Linares. Al fin y al cabo
el fútbol es sobre todo una emoción.
8 de Septiembre de 2003. Real Jaén, 1; CD Linares, 0.
54. Entre los listos o como con zapatos nuevos
Antes del partido de ayer en
Marbella la cosa parecía que empezaba a animarse. Bien es verdad que con un par
de tropezones previos, uno de los cuales bastante desagradable por lo
inesperado, pero el ambiente, el juego y hasta el resultado con el equipo de
Linares habían abierto una cierta ilusión. Tampoco es que la afición hubiera
creado un clima ferviente, cosa que por otra parte así de pronto sería
artificial y por tanto apenas tendría sentido, pero algo se ha venido notando
los últimos días y había una cierta incertidumbre por ver si se iban
confirmando los puestos de arriba. Y así ha sido, al menos de momento, con los
puntos conseguidos en la tierra de Málaga donde además se ha quebrado una
tradición nefasta desde hace muchos años. Y este resultado ha supuesto que
entremos a formar parte del club de la aventajados, de los listos, de los que
por dar primero dan dos veces. Por cierto, ¿cuánto tiempo llevaba el Real Jaén
sin ocupar en la clasificación, más de una semana, un puesto dentro de los diez
primeros? Ni nos acordamos. Y hasta nos parece tan nuevo que estamos como niños
con zapatos nuevos. De todas formas todavía no es momento ni de echar las
campanas al vuelo por un triunfo ni las lagrimas al río por una derrota.
Habremos de esperar unas jornadas a ver la trayectoria y el estilo que es capaz
de ofrecer el equipo que permita a todos hacerse una idea de cuáles son las
perspectivas reales en este campeonato y las capacidades para acabar
triunfando.
15 de Septiembre de 2003 Marbella, 0; Real Jaén,
2.
55. Sensaciones del domingo
Y
es lo que pasa siempre. Que venga discutir sobre si lo que importa e interesa
es el resultado y en definitiva los puntos o, por el contrario, el espectáculo,
la diversión y el disfrute; que a qué vamos a los campos de fútbol y si merece
la pena pasar un par de horas ariscas, desagradables y hasta con ansiedad para
acabar saliendo después con el malhumor metido en el cuerpo, y terminar el
proceso agarrándonos a los tópicos repetidos una y mil veces, siempre que las
cosas salen mal y se abandona el campo con cara de mala pata; que esto a fin de
cuentas para los aficionados no es sino un pasatiempo, una forma de ocupar el
ocio y facilitar el descanso de las preocupaciones serias de la vida. Y en
estas estamos. Como tantas veces, con sensaciones encontradas bullendo a la
hora del balance del partido semanal. Porque si por una parte se puede decir
que seguimos de alguna manera en el pelotón de los listos aunque sea por los
pelos, por otra la impresión del partido de ayer del Real Jaén no fue nada
buena ni tranquilizadora. Y no sirve en este caso lo de la mala suerte, que ya
la tuvo, y excelente por cierto, en Marbella. Es quedarse con la película de un
par de horas en el estadio anodinas, sosas y malas, con escasos momentos de
belleza y por el contrario bastante vulgaridad artística. Así es que estamos en
lo de que no hay manera de ver un partido más o menos tranquilos y sin tener
que estar mirando el reloj por lo mucho que corre. Otra vez será.
22
de Septiembre de 2003
Écija, 1; Real Jaén, 1
56.
El Gatopardo
La verdad es que cuando se
sigue a un equipo de fútbol, del que, además, se es socio y aficionado, uno se
encuentra con dificultades para enjuiciar con templanza y mesura sus aciertos
y, especialmente, sus errores. Porque, como todo el mundo sabe, sólo una cierta
distancia permite ver las cosas con más ecuanimidad. Y a este inconveniente, a
la hora de hacer una reseña, se añade otro no menos significativo y es la
tendencia natural a disminuir los desaciertos y agrandar las virtudes, todo en
busca de mantener el ánimo alto y la esperanza firme y segura. Pero, al igual
que en otras cosas de la vida, hay veces en las que hay que abandonar la pasión
irracional, dejarse de zarandajas y decir las cosas como son porque es la única
forma de arreglarlas. Así hay que reconocer que el Real Jaén sólo ha hecho un
partido completo razonable que fue con el Linares. Y lo de ayer no pudo ser más
lamentable, no tanto por el resultado, la mala defensa y peor ataque sino por
la áspera imagen de tantas tarjetas rojas y amarillas. Ha mejorado en relación
al año pasado pero el equipo no está bien. ¿Y el club? Pues, al parecer, los
jugadores todavía no han cobrado el mes de agosto. Pero, como si hubiese sido
una premonición, El País ha entregado este fin de semana una novela, El
Gatopardo, bastante conocida –aunque puede que no tan leída-, entre otras
razones, porque contiene un párrafo muy famoso que, si lo cambiamos algo, puede
servir para despertar un curioso optimismo: sólo tocando fondo o poniéndonos en
lo peor, tienen arreglo las cosas. Pues eso. A ver si es verdad.
29 de Septiembre de 2003. Betis B, 4; Real Jaén, 0.