SEPTIEMBRE 2005


157. Dos urgencias y un sueño

Ayer se enfrentaron en La Victoria dos equipos de alta entidad en la categoría, que pusieron sobre el terreno de juego, además de los puntos, una misma ambición. Aunque con matices diferenciadores, Córdoba y Real Jaén sostienen urgencias similares pero un mismo e idéntico sueño. Por razón de los últimos acontecimientos que le han sucedido, como es el reciente descenso de categoría; por su nivel económico y presupuestario (piénsese que en el Córdoba hay algún jugador cuya ficha es equivalente a la de todo el equipo del Real Jaén); y por el número de seguidores (casi diez veces más que en Jaén) las urgencias del Córdoba son más ostensibles, mas relevantes y  hasta más ensordecedoras, y así lo constatan todos los medios de comunicación locales que consideran al unísono que en esas condiciones todo lo que no sea regresar este año a la Segunda División será un fracaso total. En el Real Jaén, por el contrario, las urgencias se están viviendo de otra manera. No es que no sean ansiosamente esperadas pero hay otra visión de las cosas: es algo más interiorizado, como más sereno, estoico. La experiencia de estos últimos años en Segunda B ha enseñado que las cosas en esta división son más complicadas de lo que a primera vista pudiera parecer, que no es tan sencillo ir avasallando por ahí como si los demás no jugaran o no tuvieran la experiencia suficiente. E incluso que, siendo los mejores, tampoco ello asegura el ascenso ya que al final todo se juega en un par de eliminatorias en las que cualquier error o mala suerte puede dar al traste con todas las expectativas; en el Real Jaén, que el viernes hizo una ofrenda floral a la Virgen de la Capilla, sabemos que el presupuesto es casi el imprescindible para no cerrar la casa; y desde luego el número de aficionados que acuden a La Victoria es demasiado escaso. El sueño, sin embargo, de ambas entidades es el mismo: el ascenso a la categoría superior. Y aunque la cantante cordobesa Vega, que actuó para Jiennenses ilustres que organiza Diario JAÉN, aseguraba en Diario Córdoba que los sueños no son para cumplirlos sino para soñarlos, una amiga mía, cordobesista, piensa que los sueños son realidad, que tienen un poder anticipatorio, y así la crean y la condicionan. Ojalá se cumpla.

5 de Septiembre de 2005                  Real Jaén, 0; Córdoba, 0


158. Los pecados colectivos

Que de una u otra manera el Betis y el Sevilla andan a la greña ya ni siquiera es noticia. Y tampoco lo es que la convivencia entre ambos clubes de fútbol fluctúa, como las de cualquier pareja de referencia (se puede recordar lo de mi dulce enemiga que decían los poetas medievales refiriéndose a su amada), entre períodos mas belicosos y otros más pacíficos en los que hasta se acaban besando. Ahora las relaciones pasan por un momento tan delicado que hasta un jugador brasileño que pertenece a la plantilla del Betis ha asegurado que en el partido del centenario que el Sevilla jugó con un combinado de su país los jugadores sevillanos, consciente y expresamente, trataron de lesionarlo. Gravísima acusación que tiene sentido dentro del marco de violencia que -por lo que se percibe- de manera más o menos solapada soporta el fútbol, no tanto entre los profesionales cuanto, sobre todo, en los grupos sociales que viven en su entorno. Aseguran sin embargo algunos expertos que cuando se producen, digamos, acontecimientos desgraciados, éstos no provienen de los aficionados sino de pandillas en sí mismas fanáticas que se aproximan al fútbol para buscar una excusa que les de sentido a sus agresiones. Y puede que sea verdad. Pero lo que no reconocen estos sabios es que, si ello es así, obedece a que estas bandas encuentran en el fútbol un clima propicio que les facilita sus malandanzas y fechorías. Un clima que, como en el caso de los pecados colectivos, parece que nadie crea, que no tiene responsables. Y no es así del todo. Ya se sabe que el fútbol es contienda y disputa pero deportiva y por tanto nada real, simulada, imaginativa, que no modifica la vida ni el mundo. Pero hay demasiados insensatos que juegan con fuego por acción o por omisión, por lo que la responsabilidad colectiva no es tan clara. Muchos dirigentes circulan por ahí creando de manera necia fuegos y beligerancia. De la misma manera que hay directivos, por cierto tan cercanos como los nuestros, que, sin dejar de lado ese carácter de competición, saben y practican el respeto, la camaradería y el buen humor. Porque a fin de cuentas el fútbol no es, salvo para los profesionales, sino un pasatiempo.

12 de Septiembre de 2005              Linares, 2; Real Jaén, 1.


159. Los dos equipos

José Jesús Aybar finalizó la temporada anterior
 e inició la 2005-2006 como entrenador del Real Jaén
Foto: Diario Jaén
Para confeccionar el equipo que debe salir al terreno de juego, en el Real Jaén, como en todos los demás clubes del mundo, siempre hay dos proyectos diferentes y hasta contradictorios entre sí. Uno, el de los aficionados; otro, el del entrenador y el conjunto de técnicos. El que elaboran los seguidores está compuesto exclusivamente de delanteros; el que perfilan los expertos tiene bastantes defensas, siempre demasiados a juicio de la otra parte. Los primeros, los espectadores, los que asisten a los partidos, llevados y dirigidos por el sentimiento, el entusiasmo y la emoción, alinearían delanteros, sólo y siempre delanteros para que hicieran muchos goles y los partidos fuesen una fuente de goce, alegría, deleite y felicidad. Muchos goles, porque eso es a fin de cuentas el objetivo y el propósito del fútbol. Los expertos, a su vez, bajo el imperio de la razón técnica, por lo general tienden a ser comedidos, a mirar la táctica con prudencia, y normalmente apenas los alinean, uno o dos a lo más. Los entrenadores están movidos por el cálculo y el raciocinio, mientras que a los socios y simpatizantes les empujan la pasión y la efervescencia. Y el problema es que, al no poder jugar los dos, hay que optar por uno de ellos. En el fondo, como ocurre en tantas cosas de la vida misma, lo que pasa es que se reproduce una y otra vez el debate sobre si la mejor defensa es un buen ataque o, por el contrario, el mejor ataque es una buena defensa; si hay que ser por encima de todo más precavidos que arriesgados o, por el contrario, más resueltos que prudentes. Es un asunto de cómo concebir y entender el mundo y sus avatares. Algunos recordarán que con la llegada de Blair y Clinton al poder en sus respectivos países, se planteó una alternativa política a la derecha y a la izquierda que se llamó tercera vía, como una especie de término medio que recogía la virtudes de ambas ideologías. Una posición que muchas veces han defendido los que median en cualquier conflicto. Pues una cosa así podríamos sugerir en la discusión sobre si todos defensas o todos delanteros: todos centrocampistas. Hasta el portero. Y conflicto resuelto.

19 de Septiembre de 2005               Real Jaén, 3; CD Alcalá, 0


160. Panaceite

         Desde luego que nadie podrá negar que los aficionados al fútbol sean una especie extraña, y hasta misteriosa en su comportamiento social. Su proceder es tan sorprendente que viene exigiendo que sesudos estudiosos ocupen su tiempo en mostrar cómo alguien es capaz de asistir voluntariamente a una actividad en la que puede encontrar un sufrimiento notable. Porque lo normal es que el público acuda a un espectáculo a solazarse y a disfrutar y no a cargarse de sufrimiento y llevarse a casa el malhumor en el alma. Pero así son las cosas y ese es el meollo, quizá morboso, de los seguidores del fútbol. Hablando de esto el otro día, unos integrantes de Panaceite (ese grupo musical tan conocido y querido de todos, que se mueve como pez en el agua investigando la tradición y las costumbres, y tratando de recordarnos los modos y maneras con los que habla desde antaño la gente de nuestra tierra) repasaban los ya muy antiguos niveles de expresión y desmoralización que llegan a alcanzar los seguidores tenaces del Real Jaén cuando las cosas venían torcidas o muy perdidas. De menor a mayor son éstos: 1. no han hecho ná; 2. ya no bajo más al campo; 3. voy a rajar el carné. Y puestos a describir con una imagen tan sonora como real el abuso del equipo contrario sobre nuestro equipo, una frase acostumbrada que describe la situación a veces es ésta: “el nueve de ellos se ha fumado un celta encima de nuestra defensa”. ¡Lo que es la desesperación de los aficionados! Pero estos comentarios parecían una premonición de gozo y alegría porque todos los contertulios estaban de acuerdo en que la mayor satisfacción de un aficionado es poder soltarle estas imprecaciones al equipo contrario (con todo el respeto, naturalmente) y esperar la ocasión propicia para cantarla con delectación y júbilo al término de un partido, por ejemplo ante el Conquense. Y así ha sucedido. Ayer, en el segundo tiempo, los delanteros del Real Jaén se fumaron varios cartones en los defensas conquenses y hasta hicieron cachas (otra manera plástica de expresión jaenera) en la ciudad encantada. Ahora sólo falta que aumente el coro de los mil doscientos socios para que las voces suenen mejor.

26 de Septiembre de 2005                 Conquense, 2; Real Jaén, 3.