264.- VOLUNTAD DE PODER

En el terreno de juego se forjó una tensión apocalíptica, desmedida, infinita

            Aunque para un espectador más pendiente de pasar el rato el espectáculo que presenciaba era un partido de fútbol convencional, lo que aconteció el sábado en La Victoria no tuvo nada que ver con lo que parecía a primera vista. Para quien no sabía, o no estaba pendiente, de la desesperación y la impotencia vividas en las jornadas anteriores, en las que parecía imposible, jugando como jugaba el equipo, no ganar por goleada, era un partido más. Sin embargo, bajo esa apariencia de normalidad, se ventilaba otra cosa. Casi un tratado de filosofía. Nada menos que averiguar con los hechos si la voluntad de poder de un grupo de profesionales era capaz de quebrar los caprichos del destino, que es una forma solemne de llamar a la mala suerte. Bien es verdad que, después de varios partidos, la experiencia había permitido apreciar cómo algunos desaciertos justificaban en parte la calamitosa fortuna pero globalmente resultaba injusta tanta desgracia. Y ante el Talavera, a la vista de cómo estaban ocurriendo las cosas, el equipo decidió representar la lucha feroz y despiadada de los héroes, como Hércules o Ulises, cuando se enfrentaban contra la fatalidad: había que ganar como fuera. Una vez conseguido el primer gol de jugada y comprobando que  la defensa se mantenía firme y rocosa, también por primera vez esta temporada, era imprescindible conseguir el triunfo. Otra cosa hubiera sido patética. Y a eso se puso el equipo. En el terreno de juego se forjó una tensión apocalíptica, desmedida, infinita. Los aficionados que estaban atentos a lo que de verdad se estaba cociendo, pudieron comprobar cómo, cada vez con más plasticidad según avanzaba el segundo tiempo, cuando el balón se jugaba en el área del Talavera los blancos, el Real Jaén, permanecían firmes atrás en sus puestos en formación de 1, 4, 3 (en alguna ocasión 2) con rigidez, como se colocan en los momentos anteriores al comienzo de los partidos, ajenos, aunque naturalmente atentos a lo que estaba ocurriendo, y solos porque los contrarios se agrupaban en sus dominios. Y se ganó. A la voluntad de poder (título de un libro importantísimo) un castizo la llamaría de otra manera pero no hubiera sido preciso porque se actuó con mucha inteligencia y belleza, aunque ésta entendida de otra manera. Dramáticamente, pero se ganó. Y para mayor satisfacción estaba allí el presidente.

Destapan el caso de las bodas timo en la ACB
El único rito de paso de la vida social al que se exige pureza de intención y motivación honesta es al matrimonio. Y, además, demostrados fehacientemente por algunos de los procedimientos convencionales: convivencia íntima, un viaje de novios…, etc. Y si no que se lo digan a los jugadores de baloncesto extranjeros que se han casado con una española.

El brasileño Dida simuló una agresión para ganar
Ya lo hizo había hecho en un mundial el brasileño Rivaldo: simular una grave lesión una vez que el balón le rozó cuando iba a sacar un corner. La FIFA acababa de anunciar sanciones muy duras para este tipo de comportamiento tan mezquino y rastrero pero entonces todo quedó en una multa simbólica. Y esa falta de deportividad se repite más de lo deseable.

8 de octubre de 2007
Real Jaén, 1; Talavera, 0

(Correspondieron dos partidos seguidos en casa, en los que estaban puestas muchas esperanzas, y éste era el segundo)