Aunque a primera vista pueda parecer todo lo contrario, no siempre está tan claro quién es inteligente y quién no posee esa cualidad. Montones de veces aseguramos de alguien que lo es y luego la experiencia nos demuestra que hemos equivocado nuestro juicio. La FIFA, por ejemplo, acaba de anunciar que va a probar un “balón inteligente” y, desde luego, que ese objeto tendrá todas las cualidades que se quiera pero esa de ninguna manera. (Se trata de adaptarle un mecanismo que permita averiguar cuándo ha traspasado totalmente la línea de portería, único caso en el que se consigue gol). Y ese despiste de señalar como inteligente a quien no lo es también vale para nosotros: estamos tan acostumbrados a justificar los desaciertos y tropezones que unos y otros cometemos, que en contadas ocasiones nos hacemos responsables de ellos. Por lo general suelen ser la fortuna, la fatalidad o la mala pata los sujetos a los que culpamos de nuestros errores y casi nunca los imputamos a que somos más torpes de lo que creíamos. En estas jornadas de liga que llevamos hemos caído los seguidores del Real Jaén en una especie de arrebato teórico adjudicando en exclusiva a esos seres abstractos como el destino y compañía las desdichas del equipo. Una especie de pensamiento único nos ha llevado a repetir una y otra vez la misma canción: el equipo juega muy bien, tiene muchas ocasiones de gol pero no acaba de rematar la faena; si las cosas son como son y no podemos cambiarlas, aguantemos el chaparrón que ya escampará, nos hemos venido diciendo. Ya la semana pasada se vio que este juicio y esta opinión no tenían tanta solidez como en principio nos parecía y el partido de ayer nos lo confirmó. No son los hados nuestros enemigos sino nosotros mismos que no hemos tenido la inteligencia suficiente para apreciar lo que de verdad estaba pasando. Los sicólogos la definen como la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones o la facultad de resolver problemas nuevos. Y, salvo excepciones notables, no hemos apreciado que el equipo tiene problemas técnicos concretos y expresos, no una maldición de la fatalidad. En ocho partidos sólo se ha metido un gol de jugada y ayer se vio que, por muchas horas que hubiese durado el partido, el Real Jaén no era capaz de hacerlo. Por supuesto que la suerte también juega pero todos habremos de recuperar la inteligencia. Y todo lo demás.
China medita vestir más sexy a las tenistas de mesa palistas
Un responsable de la Federación Internacional de Tenis de Mesa, secundado por entrenadores y jugadores chinos, ha propuesto que en los Juegos Olímpicos las competidoras vistan ropa más "sexy" para atraer espectadores en un deporte cuyas audiencias están bajado en los últimos meses. Mientras tanto, China, precisamente por eróticos, acaba de retirar 2.000 anuncios y cerrar unos cuantos cines.
Cada vez es mayor el número de jugadores extranjeros
Un estudio de El País reconoce que un 55% del total de jugadores de las ligas europeas son extranjeros. El Inter juega sin ningún italiano y el Arsenal está en el mismo caso. La FIFA reprueba esa situación pero su juicio choca contra la legislación europea, que defiende que la normativa laboral es la misma para los futbolistas que para el resto de trabajadores. ¿O no son empleados por cuenta ajena?
15 de octubre de 2007,
Lucena, 0; Real Jaén, 0