273.- EL LABRADOR Y SUS HIJOS

         Era el único de categoría nacional que no había marcado fuera

¡Lo que ha costado! Parecía que no iba a llegar nunca, que había como una incompatibilidad manifiesta y definitiva. Incluso muchos de quienes viajaron a Sevilla hace quince días se vinieron con el desánimo, en el bolsillo y en el pensamiento, convencidos de que, si en esa oportunidad no había sido posible, ya había que perder toda esperanza, en todo caso por ahora. Porque, como venían sufriendo los seguidores del Real Jaén, el equipo era el único de categoría nacional que no había marcado un gol  fuera de casa. No se trataba ya de ganar ¡ojalá, qué más queríamos todos! sino, al menos, hacer un gol. ¡Lo que ha costado! ¡Y, además, con beneficio triple por aquello de los tres puntos! Cuenta Miguel de Cervantes en el prólogo de la segunda parte de El Quijote el cuento de aquel loco que había en Sevilla que dio en el más gracioso disparate y tema que dio loco en el mundo y fue que hizo un cañuto de caña puntiagudo en el fin y cogiendo algún perro en la calle, o en cualquiera otra parte, con el un pie le cogía el suyo, y el otro le alzaba con la mano, y como mejor podía le acomodaba el cañuto en la parte que, soplándole, le ponía redondo como una pelota, y, en teniéndolo desta suerte, le daba dos palmaditas en la barriga y le soltaba, diciendo a los circunstantes, que siempre eran muchos: «¿Pensarán vuestras mercedes ahora que es poco trabajo hinchar un perro?». Y Cervantes, aprovechando este cuento, añade ¿Pensará vuestra merced ahora que es poco trabajo hacer un libro?, una anécdota que nos permite a nosotros a su vez preguntar si no es poco trabajo no ya ganar un partido fuera de casa sino siquiera meter un gol. Más que hinchar un perro o escribir un libro parece que ha valido este éxito del sábado: los sudores puestos sobre los terrenos de juego visitados, los bríos voluntariosos y perseverantes aportados en las jornadas en las que tocaba viajar parecían inútiles e inservibles, insuficientes. Pero ya está y para mayor satisfacción con la corona de los tres puntos. Hay una fábula de Esopo que cuenta cómo un labrador, a punto de morir, anunció a sus hijos que encontrarían en la viña lo que él había ocultado mientras vivía, y que éstos, convencidos de que había un tesoro escondido, la removieron toda tras la muerte de su padre. No encontraron un tesoro, asegura Esopo, pero la tierra bien cavada dio mucho mejor fruto. Y, termina, el esfuerzo es un tesoro para los hombres. 

El estrella roja de Belgrado contra la secesión de Kosovo
El Estrella Roja de Belgrado, uno de los clubes más politizados del mundo, siempre ha sido considerado, no solo como un representante del nacionalismo activo serbio más extremista sino el lugar de encuentro de colaboradores principales de Slobodan Milosevic. Ahora aprovecha sus actuaciones públicas para oponerse a la independencia de Kosovo. 

Los gimnastas chinos tienen  prohibido lesionarse
Da la impresión de que China se ha obsesionado de tal manera con ser la sede de los próximos Juegos Olímpicos que está tomando decisiones, al menos sorprendentes al sentido común. La última, prohibir a sus atletas, mediante contrato, lesionarse y amenazarlos con sanciones muy severas si no cumplen lo pactado. ¿No suena todo esto al ambiente propio de las dictaduras?

10 de diciembre de 2007

Linares, 0; Real Jaén, 1

Esopo. Fábula “El labrador y sus hijos”.