276.- CARLOS ORTEGA Y PAIXAO

      A pesar de su imagen, los futbolistas son personas de identidad laboral débil

El melodrama que está viviendo estos días el Valencia es una muestra de las maneras con las que se comporta el fútbol. El despido de tres jugadores, a los que el entrenador ha comunicado que no cuenta con ellos y que lo mejor es que se vayan a otros equipos, es una práctica habitual que ocurre casi cada día. Lo llamativo de este caso es la relevancia social y deportiva de los futbolistas afectados. Incluso en esta oportunidad los responsables del club podrán alardear de hacerlo en un momento del año cuando está a punto de abrirse el mal llamado “mercado de invierno” lo que les permitirá encontrar nuevo patrón en seguida. Tan frecuente y cotidiano es este caso que también se da en el Real Jaén, por cierto de forma más patética. Porque estos tres famosos jugadores han tenido la oportunidad de demostrar sus cualidades pero en nuestro club los protagonistas no han gozado siquiera de esa posibilidad. En síntesis, para los que no estén al tanto, la cosa es muy sencilla: el Real Jaén es el equipo menos goleador de todos los clubes españoles que juegan en campeonatos nacionales con las consecuencias tan nefastas y graves consiguientes; a pesar de esa circunstancia y con el riesgo que el club está corriendo, se le dan infinitas oportunidades a determinados jugadores a los que por la razón que sea no les están saliendo bien las cosas; mientras, se las niegan absolutamente a otros profesionales que pueden suplirlos. Incomprensible. Seguro que alguna buena persona de la casa diría que qué se le va a hacer, que son cosas del fútbol. Pero los jugadores, que a través de su sindicato fueron capaces de mejorar algunos aspectos de su vida laboral, no se han planteado de momento modificar los procesos de despidos o marginación profesional, quizá porque a los de más poder no se les plantea normalmente este problema. A pesar de su imagen pública, los futbolistas son personas de identidad laboral débil, incapaces de enfrentarse a ese poder dictatorial, casi único en la Tierra, que son los técnicos. Tratados como personal directivo de confianza a los que se les puede despedir siempre, en la práctica son asalariados escasamente respetados en su vida profesional. Y así les va. Hasta el lenguaje de “compra y venta” les trata con escaso respeto, pero no parecen capaces de reaccionar. ¿Es que no es posible poner racionalidad en el mundo del fútbol, aplicar el sentido común?

Schuster hace táctica con los árbitros
El actual entrenador del Real Madrid, al que le van muy bien las cosas y está haciendo una gran temporada, ha confesado que sus “críticas a los árbitros son una táctica". Lo que no ha explicado es el sentido de ese comportamiento pero es de suponer que, como todo el mundo, pretenderá que al menos sus decisiones no le causen perjuicios. Salvo que posea un código táctico secreto. 

La UEFA tiene una lista de posibles partidos amañados
La UEFA empieza a preocuparse de que la manipulación de los resultados, con vistas a engrosar dineros mafiosos de apuestas, que se están descubriendo en algunos países, puedan afectar a sus campeonatos y, para evitar ese riesgo tan peligroso, ha puesto en manos de la Interpol los indicios que le han llegado de determinados partidos. 

31 de diciembre de 2007

(Sin jornada de Liga por vacaciones navideñas)