280.- ¡MADRE MÍA!

Las cosas se torcieron casi desde el primer minuto y todo salió mal

Eduardo Punset  acaba de publicar recientemente un libro, de grandísimo éxito, sobre las claves científicas de la felicidad en el que incluye multitud de ideas y nociones de sumo interés sobre el particular. Una de las aportaciones más notables es la referente a cómo la mayor parte de la felicidad radica en las ilusiones que se viven antes del momento propiamente dicho de placer, lo que los sabios denominan “el circuito de la búsqueda”. Se trata, dicho de otra manera, de resaltar cómo casi siempre es mayor el goce y la satisfacción de lo que se aguarda que lo que luego es el hecho en sí mismo deseado. La esperanza de una buena comida o del encuentro con el ser querido supera con creces, dice Punset, la felicidad del propio acontecimiento; que es más delicioso el momento cuando la boca se nos hace agua previendo lo que vamos a comer que luego chupándonos los dedos en la comida. Pues esta reflexión ejemplifica perfectamente lo que nos ocurrió ayer a los seguidores del Real Jaén en el partido contra el Mérida. Después de lo que había hecho el equipo en las últimas semanas, acudíamos a La Victoria con el síndrome del “circuito de la búsqueda” por todo lo alto, es decir, con la confianza a la máxima potencia de un buen partido y, sobre todo, de un espléndido resultado que situara el club en la mitad de la clasificación y con vistas a otras posibilidades superiores. Pero cómo se torcieron las cosas casi desde el primer minuto: todo salió mal. Casualmente a la entrada al campo, unos aficionados venían comentando la anécdota de aquel cura de pueblo al que, por ser muy dado a pronunciar largas y generosas homilías, un poco al estilo de Fray Gerundio de Campazas, los fieles le habían asignado el apodo de ¡madre mía! La cosa venía de cuando, al llegar a la iglesia a la celebración de un acto litúrgico, la gente preguntaba quién era el oficiante y, al conocer que se trataba del referido, con la seguridad de un larguísimo tiempo de prédica y por tanto de una ceremonia casi interminable, exclamaba ¡madre mía! Si, por el contrario, correspondía el protagonismo a su compañero, que era más prudente en el uso de la palabra, la expresión de marras era ¡menos mal! Pues a pesar de todo lo bueno que esperábamos del partido y a lo mejor precisamente por eso, por haber puesto demasiada ilusión, al final no nos quedó más opción que lanzar un ¡madre mía! de desesperación, disgusto y berrinche.

Evo Morales, presidente de Bolivia, critica a la FIFA
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha criticado a la FIFA censurándole que se siente superior a Naciones Unidas, ha rechazado el veto de esta entidad a la práctica del fútbol en la altura y se ha manifestado convencido de que al final fracasará dicha propuesta. Si vivimos en la altura tenemos derecho a jugar en la altura, ha dicho.

África está jugando su copa de fútbol por naciones
Mientras África es el continente más empobrecido y menos desarrollado en casi todos los aspectos sociales, políticos y económicos, la práctica de fútbol que realiza por naciones ofrece sin embargo un altísimo nivel. Pero es una situación artificial y artificiosa que apenas ofrece beneficios a la gente ya que la práctica totalidad de sus jugadores internacionales lo hacen a esa excelente calidad en Europa.

28 de enero de 2008

Real Jaén, 0; Mérida, 2
Eduardo Punset: “El viaje a la felicidad”. La cita, en capítulo 2
La anécdota tiene su origen en un pueblo de la Sierra de Segura