El partido será recordado durante mucho tiempo por los aficionados españoles
Hay acontecimientos que por su intensidad rompen los moldes y obligan a mirar hacia donde se están produciendo, por más que se quiera mantener la rutina salvadora y eficaz de las cosas de cada día; fenómenos, cosas que ocurren a nuestro alrededor, que desbordan su temporalidad, es decir, que se extienden mucho más que lo que propiamente que duran, acontecimientos caucho o goma, elásticos, flexibles, que se pueden alargar todo lo que se quiera; que, dicho de otra manera, empiezan mucho antes de empezar y terminan mucho después de terminar, o que no terminan nunca; manifestaciones sociales de cuyo prolongación y poderío nadie es causante porque derivan de una serie de circunstancias de las que no se encuentra responsable. Y todo esto fue el partido de ayer que, además de su entrada en la estadística de resultados, de su inclusión en un montón de listados oficiales públicos y privados, será recordado durante mucho tiempo por los (ciudadanos) aficionados españoles, por la población española y por ello seguirá vivo y se impondrá en las conversaciones y las emociones de tanta gente. Y no digamos en los sueños. Si dicen los sicólogos que el símbolo del toro es el más repetido en los visiones de los españoles y la manera habitual como manifestamos lo que se llama el sueño latente, seguro que ha sido el fútbol, ese fútbol tópico que reclama Antonio Oliver, quien ha dominado todas las penumbras de nuestro descanso y nuestras últimas quimeras. ¿Cuántos españoles nos se han visto esta noche pasada a través del ropaje de las pesadillas vestidos de delantero centro o de defensa disputando un balón o discutiendo con un alemán? Pero la realidad creada y vivida real y virtualmente ayer ya pasó y, desde luego con otro talante y otras emociones en el bolsillo, cada uno seguimos tan guapos o tan feos como el sábado pasado, aunque en la calle y en nuestro interior se sigan respirando las emociones vividas anoche, “surtidores de sueño / hechos carne en interrogación vuelta a las nubes” que diría Luís Cernuda. O la ya tan famosa cuestión de Shakespeare del ser o no ser. Misión cumplida ayer, sabiendo que es verdad lo que decía el griego Sófocles que el sueño es la única medicina efectiva. Y ahora, por más fuerte que haya sido la emoción vivida por cada uno, todo seguirá igual y tendremos que continuar pendientes del Real Jaén, en la Segunda B. Que el fútbol nunca termina.
PELÉ LAMENTA EL POCO AMOR A LAS SELECCIONES NACIONALES
El legendario ex futbolista brasileño ha criticado hoy el poco amor de los jugadores por la selección nacional. Antiguamente, dice, los jugadores morían por ir a la selección. Parte de la culpa, argumenta, es de la prensa, que "intenta crear ídolos y te llaman 'crack' figura después de dos partidos", lo que afecta al jugador cuando llega a la selección y no está preparado".
DOS HINCHAS TIROTEADOS POR AFICIONADOS RIVALES
En la dramática combinación de sangre y diversión que en alguna ocasión arrastra la esencia del fútbol, dos hinchas del equipo brasileño “Internacional” fueron tiroteados en un ataque atribuido por la policía a rivalidades futbolísticas a seguidores del Gremio que ya habían amenazado con atacar a sus rivales precisamente antes de jugar el clásico.
30 de junio de 2008
(España había ganado el Copa de Europa en partido final a Alemania)
