Por ahora tranquilidad y mirada hacia el futuro que ya determinará lo que mejor convenga
Pues ya ha empezado la Liga y otra vez estamos todos en danza, cada uno con su tarea. Los aficionados, esclavos de los sentimientos; el club mirando con un ojo los resultados y con otro el cajón de los dineros; y los profesionales con su trabajo a cuestas y, como ayer fue el primer día, insistiendo en algo que es obvio: que aun falta mucho y habrá de esperarse a ver cómo van evolucionando las cosas, si para bien o para menos bien. Así es que por ahora tranquilidad y mirada hacia el futuro que ya determinará lo que mejor convenga. De momento sólo se ha hecho lo que se podía y se tenía que hacer: programar lo necesario y probar si funciona, ver si todo está a punto mediante controles de resultados. Ya se sabe que sólo el término de la última jornada pone las cosas en su sitio y que únicamente entonces se conocerá si se ha alcanzado el éxito o ha dominado el fracaso. Pero forma parte de la civilización, de la lógica y del sentido común hacer ensayos previos de eficacia. Así se actúa en todos los órdenes de la vida, en todos los ambientes y, con mayor razón, cuando se trata de rendimientos de trabajo personal. Precisamente en nuestra tierra hay una tradición preciosa y simpática, ya hecha por supuesto mito, que apunta en este sentido. Está vinculada a la cultura de la Sierra de Segura y tiene también que ver con el deporte autóctono de los Bolos serranos. Se trata del pruebayernos y es un sistema antiquísimo que ejercían los padres de las mozas para probar si sus pretendientes daban la talla, trataban de averiguar antes de ficharlo si cubrían todas las expectativas, vamos, que si estaban preparados para la aventura que se proponían llevar a cabo e iban a saber sostener la carga de la felicidad de sus hijas. Hay muchas variantes de esa práctica, incluso existe una flor con ese nombre y varios tipos de pruebas, según la zona y el ambiente, que debían superar. Aunque sólo al final o después de mucho tiempo se sabe si una pareja ha funcionado, cualquier suegro posible se ha considerado con derecho a preguntarse ¿funcionará de yerno este muchacho? Pues, volviendo al Real Jaén, hay que decir que los pruebayernos ya han terminado y han cumplido una función rentable asegurando que con estos profesionales hay que tener esperanzas, ilusión y optimismo. Ahora será la vida de cada domingo la que ponga las cosas en su sitio. Esperemos que sea en lo alto de lo alto, dado el nuevo sistema de ascenso.
BOJAN, UN PROBLEMA INTERNACIONAL
Es prácticamente un niño y en su entorno se ha creado un cierto embrollo por la doble nacionalidad de origen. Pero, a lo que se ve, el seleccionador no está dispuesto a guardar esa baza para el futuro y se arriesga a que el futbolista juegue con Serbia. ¿Por qué lo hace? La verdad es que es un riesgo que a lo mejor alguna vez se le vuelve en contra.
EL ENDOCRINO ANDALUZ ANTONIO ESCRIBANO, FICHADO POR EL NUMANCIA
El Numancia, convencido de la importancia de la nutrición en el rendimiento deportivo de los jugadores, ha fichado al médico endocrino andaluz Antonio Escribano para que se encargue de la alimentación del equipo. La teoría es perfectamente admisible pero lo sorprendente y difícil de entender es que este médico hace lo mismo en equipos rivales.
1 de septiembre de 2008
Écija, 0; Real Jaén, 1
