La derrota en Melilla puede que haya agravado ese ligero apunte de duda
Pues al fin no se ha desecho, a pesar del respiro del miércoles pasado en Marbella, ese ligero apunte de duda que los tres empates seguidos han creado en los aficionados del Real Jaén. Ganar ayer en Melilla lo hubiera resuelto pero perder puede que lo haya agravado. Es verdad que, haciendo un repaso a los últimos años, la clasificación actual es tan alta que casi parece que andamos soñando pero cuando se ha bebido un vino exquisito, la calidad menos selecta resulta de menguada especie. Por supuesto que no se puede ganar siempre y que, como dice el entrenador Terrazas con gran acierto, ya hubiéramos firmado a principio de temporada una clasificación como la actual. Incluso hay quien defiende la tesis, bastante sensata por cierto, de que no tiene sentido ser el equipo a batir y es preferible andar por ahí agazapado en los puestos altos, a la espera del salto definitivo en las últimas jornadas. Pero las cosas son como son y negar la duda no es un buen camino para resolverla. Esa es la ya vieja teoría de Freud que aplastar las sensaciones y pisotearlas para que no den la lata es la mejor forma de crearse complejos en la vida. Y lo que hay es que con el comienzo tan espectacular que consiguió el equipo, lo lógico es que el aficionado, apasionado y siempre dispuesto a gozar sus éxitos, esperara un triunfo en casa y con ese convencimiento acudió a los dos últimos partidos. Pero el destino se torció y, ante dos equipos de características diferentes pero ninguno en los puestos altos de la clasificación, no hubo manera de conseguir los tres puntos. Todo empezó cuando un sector, probablemente numeroso, de espectadores mostró su disgusto, que después ha refrendado algún comentarista, con el entrenador Terrazas en el cambio que hizo en el equipo cuando se llevaban unos diez minutos más o menos de la segunda parte. Lo que se deduce de todo esto es que en este mundo futbolístico siempre hay dos pensamientos, dos discursos, uno el de los técnicos y profesionales, que confían en sus posibilidades, y otro, más emotivo y por tanto más irracional, el del aficionado que, cuando está sintiendo la fuerza de su equipo, no entiende del todo eso de cálculos y demás consideraciones racionales sobre cómo desenvolverse en un partido. Muchos filósofos de extraordinaria importancia aseguran que la unión de dos puntos de vista contrapuestos es lo que mueve el mundo.
ABUCHEO MASIVO A LOS HIMNOS FRANCÉS Y TUNECINO
La noticia está en todos los medios de comunicación pero da la impresión de que pocos han observado que el trato es similar a los dos himnos, lo que complica bastante el análisis de las causas. Lo sorprendente es que las autoridades francesas han pensado que, cuando esto ocurra, suspenderán el partido. ¡Casi nada lo que puede ocurrir!
UN CICLISTA QUE SIENTE VERGÜENZA AVERGONZADO POR HABERSE DROGADO
Los esfuerzos que se exigen a los ciclistas parecen en muchos casos inhumanos pero la rebelión no puede ser el uso de la droga. Iván Basso ha confesado: "He pagado mi deuda, pero el sentimiento de vergüenza, al menos al principio, permanecerá". Aunque algunos, o muchos, sean pecadores no por ello merecen una condena a muerte social.
20 de octubre de 2008
Melilla, 2: Real Jaén, 1
(El Real Jaén ganó al Marbella los dos partidos de la eliminatoria correspondiente a la Copa federación –que luego acabó ganando)
