325.- ILUSIÓN Y CONFIANZA

En las gradas se comentaba que el equipo se mostraba intimidado, apocado, nervioso,

Estaba claro, muy claro, a lo que acudían ayer a La Victoria los aficionados de mayor entrega y atención a los afanes del fútbol y en especial al Real Jaén. Por supuesto, que iban a presenciar un partido en principio muy interesante y de alto nivel en la categoría y también a disfrutar viendo cómo ganaba el equipo, su equipo, nuestro equipo. Un encuentro es algo que tiene entidad en sí mismo, justifica la decisión de acudir y ofrece, o puede ofrecer, un rato de felicidad y regusto que, como con los buenos vinos, se queda en el paladar durante un par de días como menos. Pero los seguidores de pro, quienes tienen la mirada puesta en toda la competición y conocen el trasfondo de cada jornada, bajaban valorando si el equipo sería capaz de superar una prueba de especial dificultad. El encuentro, como se habían prodigado en manifestar a lo largo de la semana los protagonistas, tenía un morbo especial: no ya sólo por el recuerdo amargo y ácido del año pasado cuando en un situación semejante en la forma (no, por supuesto, en el contenido) las cosas se torcieron para nuestra desgracia con un empate a última hora sino, sobre todo, porque el triunfo de ayer implicaba afirmarse entre los selectos y liberarse de ese malvivir de agobios y tensiones de cada fin de semana al estar en el filo de la navaja de la liguilla de ascenso. “Otros años también ha habido una buena plantilla -comentaba con justeza el añorado Antonio Rueda antes del comienzo- pero en éste se ha recuperado la ilusión”. Y tenía toda la razón: los resultados del comienzo de la liga y otras circunstancias propicias la han despertado de manera notable. Debe ser que, como las crisis, también la esperanza y el ánimo tienen sus ciclos y ahora estamos en un momento punta, como dicen los ferroviarios. ¿Estábamos o estamos? Porque el partido de ayer resultó una decepción notable, especial. En las gradas se comentaba que el equipo se mostraba intimidado, apocado, nervioso, sin la seguridad propia de uno de los poderosos del grupo, y de ahí, por ejemplo, tantas imprecisiones. Otra vez, y no es la primera, se ha perdido una oportunidad singular para exhibir el perfil de un equipo que se cree a sí mismo y se cree grande. Sicólogos notables aseguran que la confianza es el capital social más productivo en los mercados y a ella le podemos aplicar el calificativo de grande, que dice Alex Grijelmo. Pero imprescindible. 
  
LOS RUMORES DE VENTAS DE PARTIDOS
En más de una ocasión alguien se ha preguntado cómo en el fútbol es posible el milagro de que en un mundo tan complejo, con intereses tan inmensos y que mueve cantidades tan fabulosas tales de dinero, salvo algunos incidentes esporádicos, todo resulte tan cándido, honesto y puro. Con miles de árbitros, docenas de miles de deportistas, ¿nadie se corrompe, los periodistas no se enteran, o es que prefieren callar? 

EXPLOTACIÓN DE NIÑOS FUTBOLISTAS EN ÁFRICA
La organización no gubernamental ONG Save the Children, que trabaja para la defensa y promoción de la infancia, viene denunciando denuncia la explotación cada vez mayor de niños en África con la excusa del fútbol: familias arruinadas pensando que les proporcionaban una oportunidad, niños abandonados a su suerte en países diferentes del suyo, academias ilegales, documentos falsificados, desescolarización y analfabetismo. 

8 de diciembre de 2008
Real Jaén, 0; Betis B, 0

(El triunfo hubiera supuesto crear un distanciamiento de cinco puntos sobre el cuarto equipo situado en la tabla)