346.- PORTERO DERECHO

Un equipo que, llevando hasta sus últimas consecuencias las tácticas defensivas, jugaba con dos porteros

Pues la cosa está que se acaba y desde ahora todos pendientes de la segunda parte que, como en la canción infantil, es la más interesante. ¿Habrá guinda sobre la tarta esculpida con tenacidad y constancia durante toda la temporada? Esperemos que sí, pero mientras llegan esos dulces y tensos momentos, podemos entretenernos con estadísticas y prefiguraciones aritméticas para satisfacer las ansias que nos atenazan a los aficionados. Bien es verdad que a la hora de “hacer la cocina” de las encuestas, como dicen los expertos, caben varias interpretaciones pero también podemos elegir una que nos guste. Valga así la que lleva a la conclusión de que los equipos derrochadores de juego brillante, generosos y rumbosos, acostumbrados a la ostentación de un juego desenfadado acaban como manirrotos y en esas condiciones tienen muchas más dificultades para ascender. Por el contrario los que se comportan con firmeza, solidez y rigor son ahorradores y defienden más que atacan, aplicando el principio antropológico de que el ser humano tiene más tendencia a la seguridad que al riesgo, y consiguientemente reciben menos goles, disfrutan de más posibilidades de triunfar en la liguilla que se avecina. ¿Quiso hacer ayer un ensayo el entrenador de cómo se puede gestionar un partido defensivo pero con elegancia y buen tono? Vaya usted a saber pero el espectáculo pintó un poco así, sobre todo viendo las escasas ocasiones en que el equipo llegó a la portería contraria. Camilo José Cela en uno de sus “Once cuentos de fútbol” hablaba de un equipo que, llevando hasta sus últimas consecuencias las tácticas defensivas, jugaba con dos porteros: Diógenes (alias Mazuco, ágil y con una fluctuante vena de locura), portero derecho y Teogonio (alias Pinchauvas, ecuánime y terco, conservador y disciplinado), portero izquierdo. Ambos son complementarios, de ahí su eficiencia. Mazuco –que empezó de jugador de billar a banda- está especializado en salvar chuts con efecto a los que desvía a corner con tan sólo mirarlos, y Pinchauvas -que se inició de monaguillo- acostumbra a vestir de rojo lo que desata los nervios del contrario y les hace pifiar el golpe y mandar el balón a las nubes. Hasta aquí la fábula aunque ayer, como otras veces, se vio que puede convertirse en realidad. Y también se hizo muy bien. Pues eso: que tranquilos que el futuro pinta bien. 

AMENAZA CON PEGAR LA GRIPE PORCINA A UN RIVAL
A veces hay quienes amenazan a otra persona con transmitirle una enfermedad, un gesto absolutamente reprobable. Ahora ha ocurrido en el fútbol. En Chile un jugador tosió y arrojó sus mocos a su rival: “Te quedás con la gripe", le dijo. Y luego que si uno se descontrola y tiene razones para portarse mal. Todo lamentable. 

UN RAYO CAUSA HERIDOS EN UN PARTIDO DE FÚTBOL
Mientras los equipos calentaban en un partido de juveniles en Alemania cayó un rayo al campo, hiriendo a un total de 26 personas, entre jugadores y público. Al final sólo hubo tres heridos graves pero sin peligro para sus vidas: las cosas no pasaron a mayores pero  ¿habrá que sustituir las banderolas de los córneres por pararrayos?

Publicado el día 4 de mayo de 2009
Real Jaén, 0; Marbella, 0.