Exhaustos de cantar, de saltar, de bailar y de ser felices acabaron los miles de aficionados
Agotados, rendidos, muertos, extenuados, exhaustos de cantar, de saltar, de bailar y de ser felices acabaron los miles de aficionados que ayer acudieron a la Victoria (“¡que salte, que salte La Victoria!”), llamados a una movilización ciudadana para la promoción a Segunda División A. Porque la embriaguez emocional, que en tantas ocasiones llega sin que se le espere, se desbordó como un torrente de placer, delectación y regocijo sin límite. Pintaban bien las esperanzas (Francisco Navarro Soriano, socio de cuyo número uno ya ni se acuerda, había apostado con el beneplácito de algunos concurrentes por 2.0) pero la existencia hizo rebosar los sueños que cada aficionado llevaba en su camino al campo de fútbol. La movilización social, motivada por una explosión afectiva previa, ya mostraba con anterioridad que el espectáculo iba a ser algo grandioso y espléndido. Sin que los expertos se hubieran dado cuenta a tiempo, parece que en los rincones de todo Jaén se sentía la necesidad de una manifestación ruidosa y ampulosa y sólo faltaba una espoleta que la lanzara. Ya hubo un par de muestras con el viaje a Leganés y el record del aceite, y en la tarde de ayer se consumó espléndidamente; de nuevo valdrá otra vez como un “yo estuve allí”. Pero no podemos olvidar que aún faltan dos eliminatorias y que, como recomienda el autor griego de tragedias Sófocles, la sensatez resulta con mucho lo primero y principal de la felicidad. Aunque de momento, enchufados en el banquete de la satisfacción, tendremos que ir consumiendo la espera poco a poco. Cuenta Fray Gerundio de Campazas, aquel predicador de novela dado a los más grandes discursos que hayan podido darse, que en un convite hay cuatro momentos sucesivos en cuanto al ambiente general. En un proceso ascendente todo comienza como en silencio, con la compostura propia de quien está todavía sereno y tranquilo; el segundo momento, a continuación, consiste en que ahora se empieza a escuchar el crujido y chasquido de dientes, que demuestra que todos están ya puestos a la faena correspondiente; sigue un rumor creciente de murmullos, cuchicheos y rezongos; y todo termina, en un cuarto y definitivo tiempo, con gritos de locos, una verdadera exhibición de alborotos y ruidos de gente como turbada. Durmamos de momento a pie suelto, restregando los dientes empleados en la tarea mientras preparamos los instrumentos para el murmullo de la próxima semana.
VICENTE DEL BOSQUE PREFIERE UN REAL MADRID MÁS HUMILDE Y SENCILLO
Comentaban unos madridistas el disgusto que se han llevado por la forma arrogante, envanecida, disparando con la cartera y sin apenas fineza ni prudencia alguna con que se ha presentado Florentino Pérez como candidato. Su bello y elegante contrapunto es Del Bosque: “creo en el Madrid de las tradiciones y no tan superficial, engolado, mediático y tan empalagoso".
GUARDIOLA CREE NO MERECER EL PRÍNCIPE DE ASTURIAS
No es la primera vez que algunos premios “Príncipe de Asturias” se adjudican más por la espectacularidad y el ruido artificial que por la solera, categoría y calidad del deportista. Con lo que ha dicho, Guardiola ya sí se lo merece pero, como ha apuntado con elegancia y prudencia, para dentro de unos años.
Publicado el día 25 de mayo de 2009
Real Jaén, 5; Leganés, 0. (Partido de vuelta de la primera eliminatoria de ascenso a Segunda División A. 7.2 en el total de los dos encuentros)
